Los diferentes tipos de robots militares se pueden dividir en dos categorías generales según el lugar donde se operan. Los vehículos terrestres no tripulados (UGV) son robots que se mueven sobre ruedas o orugas. Estos robots militares pueden realizar tareas de centinela, examinar situaciones potencialmente hostiles y realizar muchas otras tareas muy variadas. La otra categoría principal son los vehículos aéreos no tripulados (UAV), que son esencialmente aviones y helicópteros automatizados o controlados a distancia. Los UAV pueden tener una envergadura de dos a más de 20 pies (aproximadamente 0.6 a 6 metros) y a menudo se usan para reconocimiento aéreo, aunque algunos también están equipados con municiones en vivo que pueden usarse contra objetivos terrestres o aéreos.
Los robots militares han estado en uso desde aproximadamente la segunda década del siglo XX, cuando se desarrolló el primer avión no tripulado. Los primeros robots militares también aparecieron durante la Segunda Guerra Mundial, cuando Alemania empleó pequeños vehículos controlados a distancia conocidos como minas con orugas. Estas minas rastreadas fueron algunas de las primeras UGV que aparecieron, aunque adolecían de debilidades como cables de control fácilmente destruibles. La Unión Soviética también utilizó tanques UGV controlados por radio en esta época. Estos teletanques eran de tamaño completo y se podían operar manualmente si fuera necesario.
Los robots militares modernos se utilizan para llenar una variedad de nichos, desde el reconocimiento hasta la evaluación de amenazas. Algunos de los UGV más pequeños que se utilizan para operaciones de reconocimiento miden menos de un pie (aproximadamente 0.3 metros) de largo y pueden circular sobre orugas o ruedas. Los UGV de tamaño mediano se utilizan a menudo para localizar dispositivos explosivos improvisados (IED) antes de que puedan herir a soldados humanos y entrar y evaluar entornos potencialmente hostiles. Algunos de estos robots también están diseñados para realizar tareas más especializadas, como entrar en situaciones peligrosas para extraer soldados heridos. Los UGV más grandes pueden ser del tamaño de un camión o tanque y pueden realizar muchas de las mismas funciones que las versiones tripuladas de esos vehículos.
Las dos funciones principales que realizan los vehículos aéreos no tripulados son el trabajo de reconocimiento y la entrega de ordenanzas. Los UAV diseñados para recopilar inteligencia pueden variar en tamaño, desde unidades que pueden caber en una mochila hasta otras que son tan grandes como un avión tripulado. Los vehículos aéreos no tripulados pequeños se utilizan normalmente para el reconocimiento porque los soldados pueden llevarlos al campo y luego enviarlos para evaluar la situación. Algunos de estos robots militares tienen alas fijas, aunque otros son helicópteros. Los vehículos aéreos no tripulados grandes también se utilizan a menudo para la recopilación de inteligencia, aunque algunos también están equipados con misiles, bombas y otros sistemas de armas.