Mucha gente ha visto robots en serie en acción, ya sea en líneas de montaje o en películas. Un ejemplo es un brazo robótico que ayuda a ensamblar un producto. Es un robot en serie porque el brazo tiene articulaciones conectadas en serie, y cada articulación tiene uno o más motores o actuadores conectados a varillas que permiten que el brazo se mueva en lo que parece ser una forma humana.
Un brazo humano está unido por una articulación del hombro primero, luego un codo y finalmente una muñeca. Esta también es una configuración en serie, pero es mucho más compleja que la que se encuentra en la mayoría de los robots en serie. La articulación del hombro de una persona permite un amplio rango de movimiento, al igual que la articulación de la muñeca. Para hacer esto en robótica, es necesario emplear varios motores con bielas que permitan un tipo de movimiento similar. Los «motores» del brazo de una persona son los músculos que recorren el brazo y el torso.
Cuando uno compara la gracia de un bailarín profesional con las acciones del típico robot serial, la diferencia se vuelve obvia. El robot en serie no puede ser tan elegante porque no tiene tantas variaciones posibles de movimiento y fuerza dentro de los motores robóticos. Incluso con robots bailarines sofisticados, las fuerzas motoras están controladas por software digital, lo que genera retrasos que restringen el movimiento elegante.
Los robots en serie solo necesitan ser lo suficientemente elegantes para realizar su tarea. Por lo general, es necesario recoger una pieza, colocarla justamente y tratarla de alguna manera, como soldarla a una placa de circuito o apretarla con una herramienta. Realizar esta tarea no requiere necesariamente un movimiento suave o elegante.
En los primeros diseños de robots en serie, se emulaba el cuerpo humano con el fin de reemplazar a los empleados en las líneas de montaje. Los diseños posteriores se alejaron de este modelo y consideraron solo lo que se necesitaba desde el punto de vista práctico. A medida que aumentaron los requisitos para una mayor precisión, los diseños se refinaron hasta el punto de que los robots en serie pueden, con la incorporación de la tecnología de corte por láser, emular a artesanos expertos. Los robots en serie también pueden esculpir coronas dentales precisas.
Los problemas universales de la robótica en serie que requieren una evaluación constante incluyen la amplificación del error de la articulación a la articulación, el peso del motor o del actuador y la resistencia y rigidez generales. El robot en serie debe ser lo suficientemente fuerte para realizar sus tareas cientos de miles de veces, pero no tan pesado como para ralentizar las operaciones. Esto es especialmente importante en una línea de montaje larga. Una pequeña demora puede convertirse en un problema importante en el futuro.