La presión hidrostática es la fuerza que las moléculas de fluido ejercen unas sobre otras debido a la atracción gravitacional de la Tierra. Esta fuerza ocurre tanto si el fluido está en movimiento como si está completamente parado, y fuerza a los fluidos hacia adelante o hacia afuera cuando encuentran un área de menor resistencia. Es esta energía la que hace que el agua salga por un agujero en un vaso de papel, el gas de una fuga en una tubería y la sangre de los vasos hacia los tejidos circundantes.
El aumento de la elevación aumenta la cantidad de presión hidrostática. El fluido que fluye hacia abajo también aumenta la presión, lo que hace que el agua que viaja sobre las cascadas fluya más rápido que el agua que corre hacia la cascada. La temperatura es otro factor que afecta la presión porque cuando las temperaturas aumentan, las moléculas se mueven a un ritmo más rápido, aumentando la presión.
Las industrias suelen utilizar métodos de prueba de presión hidrostática para garantizar que los fluidos permanezcan en entornos cerrados. Las pruebas no solo aseguran que las tuberías y otros tipos de contenedores no tengan fugas, sino que también verifican que los materiales puedan soportar una mayor presión de posibles cambios ambientales. No es inusual que las empresas ejerzan fuerzas internas 150 veces mayores de lo normal, mientras monitorean los cambios de presión con instrumentación.
Los vasos sanguíneos tienen una forma única de mantener la presión adecuada en todo el cuerpo. La presión hidrostática capilar arterial normalmente mide 35 milímetros de mercurio o 35 mm Hg. La presión capilar venosa suele medir 15 mm Hg. La fuerza detrás de las contracciones del corazón junto con la gravedad que extrae la sangre del corazón provoca un aumento de la presión. La naturaleza porosa de los capilares venosos también disminuye la presión del flujo sanguíneo.
Los componentes líquidos de la sangre fluyen naturalmente a través de los poros hacia los tejidos intersticiales debido a esta presión, dejando lípidos, proteínas y partículas demasiado grandes para escapar. Por lo general, esto reduce la presión venosa. Por el contrario, los aumentos de presión dentro de los tejidos ejercen fuerza hacia los capilares, lo que se denomina presión osmótica hidrostática. Mientras que la presión osmótica empuja los fluidos hacia los poros capilares, las cargas eléctricas de los sólidos dentro del vaso hacen que las moléculas se unan a medida que fluyen en la sangre. Esta reacción se llama efecto Gibbs-Donnan.
La presión osmótica y el efecto Gibbs-Donnan, trabajando juntos, extraen fluidos de los tejidos intersticiales hacia el plasma, lo que se conoce como presión osmótica coloide. Cuando el cuerpo percibe una cantidad anormalmente baja de presión venosa, las arterias generalmente se compensan al contraerse. Cuando se produce un daño en los vasos, el plasma contiene una cantidad insuficiente de sólidos o la presión arterial disminuye, entonces se produce edema o hinchazón.