El síndrome de memoria falsa (FMS) es el término acuñado para el aparente recuerdo de eventos que no ocurrieron y que a menudo ocurren en las sesiones de psicoterapia. Los eventos traumáticos, como el abuso, son aquellos a los que generalmente se hace referencia en el contexto del síndrome de memoria falsa. La terapia de memoria recuperada es un término que se utiliza para describir la situación en la que un profesional de la salud mental puede llevar a los pacientes a recordar cosas que se olvidaron, o quizás totalmente falsas. Existe un grado de controversia en torno al síndrome de memoria falsa, liderado por un lado por aquellos que creen que tales recuerdos son de hecho falsos, y por el otro lado por aquellos que afirman que las personas que han cometido actos abusivos están utilizando FMS para desacreditar las acusaciones contra ellos.
Gran parte de la controversia sobre FMS se debe al hecho de que se dice que los recuerdos en cuestión se reprimen y no se recuerdan nuevamente hasta la edad adulta, mucho después de que ocurre el evento. En un ejemplo típico, un adulto recuerda un evento como el abuso sexual infantil a manos de un padre u otra figura de autoridad, y lo hace mientras está bajo el cuidado de un psicólogo. Existen relatos que relatan que quienes han sido falsamente acusados de abuso han sufrido en algunos casos mala salud o muerte prematura debido al tipo de estrés que conlleva tal acusación.
Los efectos de recuerdos como estos que salen a la superficie, ya sean recuerdos reales o no, a menudo son la devastación de familias previamente funcionales. La Fundación del Síndrome de la Falsa Memoria (FMSF) fue organizada en 1992 por familias y profesionales que querían estudiar a quienes habían sufrido por la ventilación de tales afirmaciones, sean verdaderas o falsas. Aquellos que habían sido acusados de incesto en este patrón se unieron para encontrar apoyo mutuo, de la misma manera que lo hacen los padres de niños con discapacidades.
Si bien es cierto que los niños son abusados y que se trata de un problema social grave, las denuncias de abuso no corroboradas de décadas pasadas son el foco de la controversia sobre el síndrome de memoria falsa. La naturaleza de nuestros recuerdos es tal que es posible que los eventos se distorsionen o se fabriquen por completo, sin un engaño intencional. A diferencia de una grabadora de video que reproduce los eventos exactamente como sucedieron, la memoria depende no solo de nuestra percepción inicial precisa, sino de nuestras emociones que rodean un evento, así como de otros factores. Los recuerdos que una persona afirma haber reprimido a menudo están sujetos a un grado aún mayor de incertidumbre. Se desconoce la frecuencia con la que se produce el síndrome de memoria falsa, lo que no ayuda a difundir la controversia al respecto.