¿Qué es la warfarina?

La warfarina es un medicamento anticoagulante recetado que se toma para la prevención de coágulos de sangre. La warfarina puede prevenir la formación de coágulos de sangre y reducir el riesgo de que los coágulos de sangre existentes se agranden en los vasos sanguíneos. Por lo general, la warfarina o Coumadin®, como también se le conoce, se prescribe para personas con afecciones como latidos cardíacos irregulares. Además, a los pacientes con válvulas cardíacas mecánicas o de reemplazo se les prescribe warfarina para la prevención de la trombosis.

Con frecuencia, la warfarina también se prescribe para pacientes que tienen antecedentes o factores de riesgo de ataque cardíaco. Además, también se recomienda para la prevención de embolias pulmonares o coágulos de sangre en el pulmón. Los anticoagulantes, que actúan como diluyentes de la sangre, disminuyen la agregación plaquetaria en la sangre. Aunque los anticoagulantes son muy efectivos para tratar ciertas afecciones médicas, también pueden causar efectos secundarios peligrosos o reacciones adversas. Estos riesgos son poco frecuentes, pero los pacientes deben ser monitoreados médicamente cuando los reciben.

A veces, la warfarina o el Coumadin® pueden causar hemorragias potencialmente mortales. Es importante que el paciente informe al médico si tiene algún trastorno hemorrágico. Es más probable que ocurra un sangrado anormal relacionado con la terapia anticoagulante en pacientes mayores de 65 años y durante las primeras dos semanas de tratamiento. El riesgo de hemorragia también es más frecuente en aquellos pacientes que practican deportes o actividades que pueden causar lesiones graves.

Por lo general, la terapia con warfarina se considera segura, sin embargo, puede causar efectos secundarios importantes. Se aconseja a los pacientes que notifiquen a su médico si experimentan sangrado prolongado por un corte, hemorragias nasales o sangre en la orina. De manera similar, si el individuo experimenta sangrado de encías, tose sangre o nota sangre en las heces, se debe notificar al médico. Si el sangrado es excesivo y prolongado, los pacientes deben buscar evaluación y tratamiento médico de emergencia.

La mayoría de las veces, el sangrado anormal se presentará como sangre franca, sin embargo, la terapia anticoagulante puede causar sangrado oculto. Este tipo de sangrado oculto puede manifestarse provocando anemia. Los signos de anemia pueden incluir palidez, fatiga y frecuencia cardíaca rápida. Los síntomas de anemia deben informarse al médico de inmediato, al igual que la presencia de hematomas inusuales y pequeñas manchas rojas puntiagudas que aparecen debajo de la piel. Los moretones y los puntos puntiformes pueden significar hemorragia interna.

Generalmente, los efectos secundarios de los anticoagulantes son leves y pueden tratarse eficazmente con ajustes de medicación y cambios en la dieta. Los pacientes deben evitar las verduras de hoja verde que a menudo contienen un exceso de vitamina K porque pueden contribuir a un mayor riesgo de reacciones adversas a la warfarina. El médico ordenará periódicamente análisis de sangre para asegurarse de que la sangre del paciente se coagula lo suficiente. A veces, si el paciente no puede tolerar la terapia anticoagulante recetada, el médico puede recetar aspirina de venta libre, que también es un anticoagulante eficaz.