¿Cuáles son los mejores tratamientos para el dolor de rodilla artrítico?

El mejor tratamiento para el dolor de rodilla artrítico, al parecer, también son algunos de los más simples. Por lo general, se anima a las personas con dolor de rodilla artrítico a descansar y aplicar hielo en la rodilla que les causa dolor. Además, cambiar la forma en que se usa la rodilla también puede resultar eficaz. Finalmente, si estas técnicas no funcionan, es posible que se requiera una cirugía para reemplazar la articulación.

Aunque es simple, una de las formas más efectivas de tratamiento para el dolor de rodilla artrítico es una cantidad significativa de descanso para la rodilla afectada. Una de las causas más comunes de los brotes asociados con la artritis de la rodilla es el uso excesivo de la articulación de la rodilla. Caminar largas distancias u otras actividades que ejercen presión sobre la rodilla pueden agravar la artritis. El reposo de la rodilla artrítica durante un período de tiempo puede ayudar a reducir el tejido inflamado alrededor de la articulación. Es mejor estabilizar la articulación durante los períodos de descanso para optimizar la recuperación.

Poner hielo en la rodilla puede ser otra forma muy eficaz de tratar el dolor de rodilla artrítico. Al igual que cuando se descansa la rodilla, también se ha descubierto que la aplicación de hielo es muy eficaz para reducir la hinchazón. Al disminuir la hinchazón de la rodilla, la movilidad aumenta significativamente y, por lo tanto, el movimiento se vuelve más fácil y menos doloroso. Para obtener mejores resultados, el hielo debe mantenerse en una rodilla artrítica por no más de 20 minutos. Se debe colocar una toalla limpia y seca entre la rodilla y el hielo para evitar quemaduras superficiales en la piel. La rodilla debe estar helada al menos un par de veces durante el transcurso del día.

A veces, se alienta a las personas que experimentan grandes cantidades de dolor de rodilla artrítico a modificar ciertas actividades que se ha descubierto que causan una cantidad significativa de dolor de rodilla. Por ejemplo, como se describió anteriormente, caminar es una causa común de dolor de rodilla. Otras actividades que pueden contribuir a la afección incluyen ejercicios aeróbicos, trotar e incluso andar en bicicleta. Modificar la forma en que se realizan estas actividades no solo puede ayudar a disminuir el dolor asociado con la artritis, sino que también puede ser una forma eficaz de evitar que la afección progrese.

Finalmente, cuando el dolor asociado con la artritis de la rodilla empeora, es posible que las personas tengan que someterse a una cirugía para reemplazar la articulación afectada. A medida que se realizan más y más cirugías de reemplazo, el procedimiento se vuelve no solo más seguro, sino también más efectivo.