¿Qué es una bursectomía?

Una bursectomía es un procedimiento quirúrgico ortopédico para extirpar una bursa inflamada, uno de los cojines llenos de líquido entre las articulaciones. Cuando una bolsa se inflama e irrita, una afección llamada bursitis, provoca dolor y restricción del movimiento de la articulación afectada. Si bien la mayoría de los pacientes mejoran con reposo, medicamentos antiinflamatorios y fisioterapia, aquellos que continúan teniendo problemas o sufren de inflamación severa a menudo se someten a cirugía para drenar la bursa afectada.

Las bursectomías se realizan con mayor frecuencia en articulaciones que se mueven repetidamente, incluidas las rodillas, las caderas, los hombros y los codos. Los sitios menos comunes incluyen el talón y el dedo gordo del pie. La operación suele ser un procedimiento mínimamente invasivo y la mayoría de los pacientes no se someten a anestesia general durante la cirugía, aunque a menudo reciben un anestésico tópico para adormecer el área. El cirujano usa una aguja larga y extremadamente delgada para perforar la piel y perforar la bolsa hinchada. Una vez que la aguja está adentro, el cirujano puede drenar el exceso de líquido.

Los pacientes que sufren de bursitis trocantérea, un tipo crónico de afección que afecta la articulación de la cadera, generalmente requieren una bursectomía artroscópica, ya que generalmente es demasiado difícil para un cirujano alcanzar la bursa de la cadera con una aguja. Durante el procedimiento, un cirujano hace una incisión en la cadera y coloca una pequeña cámara adentro para ayudarlo a drenar la bursa con herramientas quirúrgicas especiales. La incisión se cierra una vez que el líquido se ha drenado por completo.

En algunos casos, una infección es responsable de una bursa inflamada, por lo que el líquido drenado a menudo se envía a un laboratorio para su análisis después del procedimiento. Se realizan pruebas de laboratorio para determinar si hay una infección y, de ser así, qué tipo de bacteria o virus es responsable. Si se identifica una infección, un profesional médico puede recetar antibióticos o medicamentos antivirales para evitar que la afección vuelva a ocurrir.

La recuperación de una bursectomía puede llevar varias semanas para que la articulación afectada pueda descansar. Las bolsas que amortiguan las articulaciones principales del sistema esquelético pueden irritarse fácilmente con movimientos repetitivos. Permitir que la articulación afectada se mueva lo menos posible durante varias semanas después de la cirugía minimiza el riesgo de que la bolsa se dañe más durante el proceso de curación. Los pacientes también pueden recibir medicamentos antiinflamatorios recetados para tomar durante la recuperación. Una vez que la articulación se ha curado, la mayoría de los pacientes recuperan su función normal, aunque puede ser necesaria una terapia para recuperar la fuerza y ​​prevenir más lesiones.