La psicoterapia experiencial se basa en el principio de que todos perciben el mundo de manera diferente. Aunque todos pueden compartir una existencia en la que hay verdades objetivas, como la gravedad y el cielo azul, la psicoterapia experiencial establece que cada individuo crea una existencia personal con experiencias únicas. Estas experiencias influyen en cómo los individuos organizan sus mundos. Cuando esta organización conduce a patrones destructivos o estancados, un psicoterapeuta usa las experiencias de la persona para cambiar el patrón. Esto implica comprender y reconocer la validez de la existencia percibida del individuo.
Todo el mundo percibe las situaciones de forma diferente. Por ejemplo, hay dos personas que viajan en automóvil a un lugar de vacaciones. Un segundo vehículo los interrumpe en el tráfico y casi provoca un accidente. El conductor del primer automóvil se enoja y dice que la persona no sabe conducir. El pasajero mantiene la calma y dice que tal vez la persona se apresure al hospital para ver a un familiar herido. Tanto el conductor como el pasajero experimentaron el mismo evento, pero lo percibieron de manera diferente. Cada individuo construyó su propia experiencia, que afectó la forma en que cada persona reaccionó ante la situación.
Aunque todo el mundo construye sus propias experiencias de forma regular, hay ocasiones en las que esto puede conducir a un comportamiento destructivo. A veces los individuos construyen mundos muy diferentes al que percibe la mayoría de la población. Por ejemplo, un individuo delirante podría percibir a los policías como demonios o ver las cabinas telefónicas como portales a otros mundos. En la psicoterapia experiencial, estas percepciones no se etiquetan necesariamente como erróneas. En cambio, el terapeuta intenta comprender qué hizo que el paciente percibiera el mundo de esta manera.
Este mismo método también se utiliza para pacientes con problemas mentales menos graves. Por ejemplo, una mujer podría percibir a la mayoría de los hombres como brutales y manipuladores. En lugar de tratar de convencerla de que esto es falso, un terapeuta que practica la psicoterapia experiencial trataría de averiguar qué experiencias la llevaron a esta conclusión.
Una vez que se descubre la raíz de la percepción, el paciente puede comenzar a trabajar a través de las experiencias. La mujer que percibe a los hombres con inquietud puede evitarlos constantemente, lo que puede afectar sus relaciones personales con amigos y familiares. La psicoterapia experiencial podría ayudarla a comprender que ve a los hombres de esta manera porque fue abusada por un hombre cuando era niña, o porque su primer novio la marcó emocionalmente. Entender estas experiencias como aberraciones en lugar de verdades generales podría ayudar a esta joven a percibir a los hombres de manera diferente y a formar relaciones significativas con ellos en el futuro.
Los pacientes con delirios pueden ser algo más difíciles de tratar. Los individuos que construyen experiencias tan salvajes como se mencionó anteriormente, a menudo se protegen de los recuerdos de experiencias traumáticas. El psicólogo experiencial puede necesitar interpretar las descripciones de este paciente para descubrir por qué el paciente elige organizar su mundo de esta manera. Una vez descubierto, el terapeuta puede usar el vocabulario y las imágenes del mundo del paciente para ayudarlo a superar el trauma y funcionar normalmente en la sociedad.