¿Qué es la sanación interior?

La curación interior es un método de terapia que pretende ayudar a resolver viejas heridas emocionales. Se cree que las heridas emocionales infligidas en el pasado, a menudo en la infancia, son responsables de muchas de las disfunciones que las personas pueden experimentar en la vida adulta. La curación interior generalmente busca calmar al niño interior, resolviendo viejos conflictos y curando viejas heridas emocionales para ayudar a los pacientes a superar resentimientos, heridas y creencias negativas que llevan mucho tiempo. Este tipo de terapia generalmente implica el uso de la hipnosis e intenta ayudar al paciente a sanar a su niño interior imaginando que una presencia amorosa y de aceptación ha entrado en el pasado del paciente para calmar al niño interior. Se considera importante tener en cuenta que esta presencia, que a menudo puede ser una figura cultural o histórica como Jesucristo o Buda, ingresa al pasado del paciente para curar viejas heridas solo en la imaginación del paciente, y no en la vida real.

Las personas que practican o se someten a un trabajo de sanación interior generalmente suscriben la creencia de que la mayoría de los problemas emocionales y psicológicos ocurren como resultado de traumas infantiles. A menudo se considera que las personas que han sufrido un trauma emocional o psicológico severo en la infancia poseen un niño interior herido o traumatizado. Se cree que el niño interior es la parte de la psique de una persona que se aferra a las creencias y comportamientos aprendidos en la niñez. Algunos creen que, cuando las experiencias traumáticas tempranas dañan al niño interior, pueden desarrollarse problemas emocionales y psicológicos en los adultos. Estos problemas suelen incluir resentimientos, miedos y creencias autodestructivas de larga data.

La premisa subyacente del trabajo de curación interna generalmente establece que los pacientes pueden curar sus traumas infantiles reviviendo esos eventos, generalmente bajo hipnosis. El sanador interior normalmente le pide al paciente que imagine que un tercero benevolente, amable y tolerante ha entrado en la situación traumática, para ofrecerle al niño interior amor y aceptación incondicionales. La identidad de este tercero puede variar, dependiendo de la preferencia del paciente individual, pero generalmente se considera mejor que los pacientes elijan una figura que consideren capaz de amor incondicional y curación. Los practicantes cristianos del trabajo de sanación interior pueden, por ejemplo, pedirle a los pacientes que convoquen a Jesucristo en sus traumáticos recuerdos de la infancia, mientras que los practicantes seculares pueden pedirle al paciente que elija otro mentor, como un ex maestro o un político respetado. Algunos pacientes pueden optar por visualizar el viaje de regreso a sus propios recuerdos como su yo adulto para consolar al niño interior.

Los ejercicios de visualización practicados en la sanación interior generalmente ayudan a los pacientes a imaginar cómo se habría sentido al experimentar amor y aceptación incondicional, en lugar de trauma, en situaciones pasadas específicas. Se dice que esta práctica ayuda a resolver heridas emocionales pasadas, para ayudar a los pacientes a superar los complejos psicológicos que pueden estar reteniéndolos en la vida adulta.