La cirugía para el manejo del dolor implica la implantación de un dispositivo que administra medicamentos o corrientes eléctricas a la médula espinal para controlar el dolor crónico y severo. Estos procedimientos quirúrgicos generalmente se realizan después de que la cirugía no ha logrado aliviar el dolor y cuando los medicamentos no alivian al paciente. En ambos tipos de cirugía para el manejo del dolor, un dispositivo temporal se prueba comúnmente fuera del cuerpo antes de que se realice la operación.
La implantación de una bomba de morfina consiste en un cabezal de bomba que funciona con baterías y que se coloca en el abdomen, justo debajo de la caja torácica. Un catéter conectado a la bomba se coloca justo debajo de la piel y lleva el medicamento a la columna vertebral. Se administran pequeñas dosis de morfina al líquido cefalorraquídeo a través de componentes electrónicos en la bomba. La dosis se puede modificar con una computadora portátil después de este tipo de cirugía de manejo del dolor.
El cabezal de la bomba debe rellenarse con morfina aproximadamente cada tres meses. Esto se logra mediante una plantilla colocada en el estómago que identifica la ubicación de un puerto de recarga. Se utiliza una aguja especial que no dañará el cabezal de la bomba, y el puerto está construido de un material que se cierra automáticamente después de que se realiza la recarga.
Las baterías de la bomba suelen funcionar durante tres a seis años después de la cirugía de control del dolor. Por lo general, al paciente se le retira la morfina gradualmente para prevenir síntomas de abstinencia repentinos cuando es necesario reemplazar la batería. Ocasionalmente, la bomba funcionará mal al liberar demasiada morfina o dejar de administrar el fármaco. En estos casos, el paciente podría recibir una sobredosis de morfina o ser enviado a la suspensión inmediata del fármaco.
La complicación más común de la implantación de una bomba de morfina es una torcedura o una fuga en el catéter. Algunos pacientes que se someten a esta cirugía para el manejo del dolor también sufren dolores de cabeza espinales por pérdida de líquido cefalorraquídeo poco después de la cirugía, pero esta afección generalmente desaparece. Puede ocurrir otra complicación si la bomba gira mientras está en el abdomen, bloqueando el acceso al puerto de llenado. Cuando esto sucede, se requiere otra cirugía para reposicionar la bomba.
La estimulación de la médula espinal implica la implantación de un dispositivo generador en el área del estómago con cables que se extienden hasta el canal espinal. El generador envía impulsos eléctricos a los nervios que controlan la sensación de dolor. Un paciente puede regular los pulsos eléctricos varias veces al día según sea necesario, pero después de este método de cirugía para el manejo del dolor, el paciente puede sentir una sensación de hormigueo en lugar de dolor. La eficacia de la estimulación de la médula espinal varía de un paciente a otro. Algunas personas desarrollan tolerancia a los pulsos eléctricos con el tiempo y descubren que ya no es posible aliviar el dolor.