Los síntomas de la sobredosis de aspirina varían según el tipo de sobredosis que esté experimentando el paciente, aguda o crónica, aunque entre ellos se encuentran el dolor de estómago, los vómitos y la desorientación. La forma más fácil y precisa de identificar una sobredosis de aspirina es un análisis de sangre, y un médico debe determinar cualquier tratamiento. La disponibilidad de la aspirina sin receta lleva a muchas personas a considerarla un medicamento bastante inofensivo, pero una sobredosis puede ser fatal, por lo que es importante buscar atención médica si se sospecha una sobredosis.
Una sobredosis aguda ocurre cuando el paciente ingiere una gran cantidad de aspirina a la vez. Los síntomas típicos de una sobredosis aguda son dolor de estómago, náuseas y vómitos incontrolables cuando el cuerpo intenta deshacerse de cualquier aspirina no absorbida. A pesar de su reputación como un medicamento suave, la aspirina viene con las dosis recomendadas en el envase y los profesionales médicos dicen que deben seguirse para evitar el riesgo de sobredosis.
La sobredosis crónica de aspirina ocurre cuando el paciente toma demasiada aspirina de manera constante durante un período prolongado. Los síntomas del uso crónico de aspirina difieren de los síntomas de una sobredosis aguda y son más difíciles de atribuir a una sobredosis de drogas. Un paciente que toma aspirina con más frecuencia o en dosis superiores a las recomendadas es probable que se adormezca, se sienta mareado y posiblemente se sienta confundido o desorientado.
Los síntomas menos comunes y más graves pueden ocurrir en ambos tipos de sobredosis. Estos síntomas incluyen frecuencia cardíaca acelerada, respiración superficial, mareos, convulsiones y, en raras ocasiones, la muerte. Independientemente del tipo de sobredosis que se sospeche, es fundamental obtener atención médica de emergencia lo antes posible.
La forma más común de determinar si un paciente sufre síntomas de sobredosis de aspirina es un análisis de sangre. Esta prueba mide los niveles de oxígeno y dióxido de carbono en la sangre. Los análisis de sangre se repiten con frecuencia para determinar si el paciente se está recuperando de la sobredosis de forma natural o si se requiere tratamiento. Cualquier tratamiento necesario para esta afección debe ser determinado por un profesional médico. Tratar este tipo de sobredosis en casa es algo peligroso y potencialmente mortal.
El tratamiento médico puede ser tan simple como esperar a que el cuerpo procese naturalmente la aspirina. También puede incluir la ingestión de carbón activado para absorber la aspirina o líquidos intravenosos para ayudar a eliminar la aspirina del cuerpo. En casos extremos, se puede usar diálisis para filtrar la aspirina de la sangre.
Es mejor prevenir una sobredosis de aspirina que tener que tratar los síntomas. Siga siempre las pautas de dosificación que figuran en los envases de aspirina y no comience un régimen de aspirina sin consultar a un médico. Compre envases de aspirina con tapas a prueba de niños y guarde la aspirina, y todos los medicamentos, fuera del alcance de los niños para prevenir cualquier tipo de sobredosis de drogas. Mantenga la aspirina en su envase original, no solo para ayudar a prevenir una sobredosis, sino también para poder consultar las instrucciones y las instrucciones de dosificación. Nunca dé aspirina a los niños para tratar el dolor, la fiebre o una afección crónica a menos que estén bajo el cuidado de un médico.