Una plutocracia es un gobierno gobernado por los ricos o controlado por individuos ricos. El término generalmente se usa de manera peyorativa, porque implica una falta de libertad democrática y movilidad social. Muchos gobiernos históricos fueron plutocracias, controlados por una élite de gente rica, y algunos gobiernos modernos han sido acusados de ser plutocracias, incluido el gobierno de los Estados Unidos.
El término «plutocracia» proviene de las palabras griegas ploutos, o «riqueza», y kratia, o «gobernante». Muchas naciones han experimentado un estado de plutocracia en algún momento, porque la riqueza a menudo viene con un poder inmenso, especialmente durante las etapas formativas de un nuevo país. Algunos países que tienen recursos naturales valiosos, como el petróleo y los metales preciosos, también han experimentado este tipo de gobierno porque las entidades que controlan estos recursos generalmente quieren mantener condiciones favorables para ellos.
La riqueza conduce al poder político
Una plutocracia absoluta gobernada por un puñado de individuos ricos es relativamente rara en la era moderna. Los gobiernos de muchas naciones, sin embargo, están fuertemente influenciados por la riqueza. La riqueza puede comprar poder político a través del cabildeo, contribuciones de campaña, sobornos y otras formas de presión financiera legal o ilegal. Muchas naciones han tratado de limitar la influencia de los ricos mediante leyes que controlan aspectos como las finanzas de las campañas y el cabildeo, pero estas leyes pueden ser difíciles de definir y hacer cumplir.
Disparidad económica
Uno de los sellos distintivos de una plutocracia es la disparidad económica. En las naciones donde los ricos controlan el gobierno, los ricos tienen un interés personal en retener su riqueza y en promover políticas gubernamentales que mejoren su situación. Como resultado, es posible que las personas que no tienen tanto dinero no puedan efectuar cambios en sus gobiernos. La desigualdad económica puede provocar malestar social, porque los miembros de las clases bajas se rebelan contra las clases altas dominantes. Por lo tanto, a menudo es lo mejor para los ricos apaciguar a las masas en lugar de explotarlas o dominarlas.
Inmovilidad social
Otra característica común de una plutocracia es la falta generalizada de movilidad social. Los plutócratas tienden a socializar y casarse entre ellos, concentrando así su riqueza y dificultando que las personas de las clases bajas mejoren su posición en la sociedad. El gobierno de los ricos a menudo se asocia también con disparidades étnicas, en las que los miembros de la plutocracia tienen creencias religiosas, antecedentes étnicos y colores de piel similares, mientras que las personas de diferentes religiones y etnias permanecen atrapadas en la clase baja o media.
Otras críticas
Algunas personas creen que una plutocracia no es un sistema de gobierno justo. Argumentan que no promueve el bienestar de la población en su conjunto. Los críticos afirman que tiende a promover la disparidad de clases y las desigualdades sistémicas.