La votación electrónica o el voto electrónico utiliza una interfaz electrónica para recopilar y tabular los votos. Desde la introducción del voto electrónico, ha surgido un gran debate sobre la seguridad de las tecnologías utilizadas, debido a la preocupación de que algunos votantes puedan verse privados de sus derechos debido a errores electrónicos. La seguridad del voto electrónico depende en última instancia de una serie de factores, y los fabricantes que quieren mantener secretos de propiedad como el software que utilizan dificultan la verificación.
En cualquier elección, los funcionarios electorales quieren recopilar resultados precisos lo más rápido posible y tabularlos con un error mínimo. Inevitablemente, se introducirá una cierta cantidad de error en cualquier sistema de votación, ya sea una máquina sofisticada con pantalla táctil o una canasta que los votantes llenan de piedras para apoyar a un candidato. El objetivo es garantizar que la mayor cantidad posible de votantes esté representada en los recuentos electorales finales. Dado que la gente espera los resultados de las elecciones lo antes posible, los funcionarios también deben trabajar con rapidez.
Una de las principales preocupaciones sobre el voto electrónico es que es vulnerable a la penetración de piratas informáticos. Numerosos ingenieros informáticos han demostrado estas vulnerabilidades pirateando máquinas de prueba para mostrar cómo pueden alterar el conteo final de votos o cambiar la forma en que el sistema registra los votos. En las regiones donde se utilizan máquinas de votación electrónica, la evidencia sugiere que la máquina de votación ha eliminado, duplicado o malinterpretado los votos.
Los errores de software y hardware también son un problema, como lo sabe cualquier propietario de una computadora. Muchos sistemas carecen de sistemas para hacer frente a fallas o daños en el hardware, por lo que es posible que un votante emita su voto y que ese voto se pierda más tarde debido a un corte de energía o una falla en el software. Muchos defensores del derecho al voto también están preocupados por la falta de un registro en papel con muchos sistemas de voto electrónico. Un sistema completamente electrónico no imprime un recibo o una copia impresa de los votos emitidos, por lo que es imposible verificar los errores.
El tipo de sistema de voto electrónico utilizado también marca una gran diferencia. Una máquina de escaneo óptico, por ejemplo, escanea las boletas de papel que llenan los votantes. La máquina debe interpretar los óvalos oscurecidos para contar los votos y, por lo general, no se le presenta al votante una verificación de los votos emitidos para garantizar que la máquina lea la papeleta correctamente. La privacidad de los votantes también se ve comprometida por estas máquinas, ya que muchos trabajadores electorales revisan las boletas de votación de forma rutinaria antes de escanearlas para asegurarse de que estén completadas correctamente.
Un sistema completamente electrónico, como una máquina de votación con pantalla táctil o una votación por Internet, puede ser más seguro en términos de privacidad de los votantes, pero también carece de un rastro de papel verificable y es muy vulnerable a la manipulación. Esto ha sido una gran preocupación en las regiones que utilizan diferentes tipos de máquinas de votación electrónica en la misma elección, ya que algunos activistas están preocupados de que las elecciones puedan estar sesgadas con una maquinaria defectuosa. Si, por ejemplo, se utilizan máquinas con una tasa de error del 7% en un área que favorece al candidato A y máquinas con una tasa de error del 2% en un área que favorece al candidato B, la elección se inclinará a favor del candidato B. Algunas personas creen que esto equivale a la privación de derechos y les gustaría ver la adopción de sistemas universales para evitarlo.