La Sociedad de Naciones fue una organización internacional que se formó poco después de la Primera Guerra Mundial y existió desde 1919 hasta 1946. Su objetivo principal era fomentar el uso de la negociación y el arbitraje para prevenir la guerra y resolver disputas internacionales. La Liga de Naciones tenía su sede en Ginebra, Suiza. Incluyó a las naciones aliadas victoriosas de la Primera Guerra Mundial, con la excepción de los Estados Unidos, así como a muchas de las naciones neutrales.
La Primera Guerra Mundial llegó a su fin en noviembre de 1918 después de que Alemania firmara un armisticio con los Aliados. Aunque la lucha había cesado, las naciones continuaron reuniéndose, redactando tratados de paz y organizando una línea de base para manejar futuros conflictos entre los países del mundo. Una Conferencia de Paz oficial se reunió en París en 1919 para discutir estos asuntos más importantes. En el centro de la conferencia estuvieron líderes de varios países prominentes: Woodrow Wilson de los Estados Unidos, David Lloyd George de Gran Bretaña y Georges Clemenceau de Francia.
Después de meses de negociación, los países redactaron el documento de posguerra Tratado de Versalles. Este tratado impuso consecuencias a Alemania por comenzar la guerra y proporcionó el marco para la creación de la Liga de Naciones. El tratado se firmó el 28 de junio de 1919. Veintinueve miembros de las potencias aliadas firmaron el tratado y se convirtieron en miembros oficiales de la Liga, y otras 13 potencias neutrales se unieron a fines de 1920.
El presidente de los Estados Unidos, Woodrow Wilson, estuvo muy involucrado en la Conferencia de Paz de París y en la redacción del Tratado de Versalles. A pesar de su participación y dedicación a la formación de la Sociedad de Naciones, todos los tratados estadounidenses deben ser ratificados por una mayoría de dos tercios en el Senado de los Estados Unidos. Los opositores al tratado libraron una amarga lucha contra el presidente Wilson, y en 1920, una abrumadora victoria republicana en las elecciones generales del Senado impidió que Estados Unidos se uniera a la Liga para siempre.
A lo largo de los años, la Sociedad de Naciones intervino en disputas territoriales y conflictos entre y dentro de las naciones. Los miembros lucharon contra el comercio internacional de opio y la esclavitud sexual, y trabajaron por el desarme mundial. La Liga también formó consejos para estudiar la situación jurídica de las mujeres en todo el mundo y supervisar la difícil situación de los refugiados.
Hay varios puntos de interés que llevaron al fracaso de la Liga de Naciones. La incapacidad de Estados Unidos para unirse a la Liga debilitó a la organización desde el principio. El hecho de no detener la guerra en 1935 entre Italia y Abisinia, que se convirtió en Etiopía, debilitó aún más su prestigio. Finalmente, el estallido de la Segunda Guerra Mundial en 1939 demostró que la Liga era impotente para defender su objetivo principal, que era evitar otra guerra mundial. La Liga de Naciones se disolvió en 1946, transfiriendo sus poderes y activos a una organización recién formada, las Naciones Unidas.