La inteligencia acústica, conocida como ACINT en la jerga militar, es información recopilada a través del análisis de los fenómenos auditivos. El término se usa generalmente específicamente en referencia a la inteligencia submarina recopilada por submarinos, sensores y barcos que pasan. ACINT se ha utilizado en aplicaciones militares desde la década de 1960, y muchas naciones tienen programas de inteligencia acústica extremadamente bien desarrollados.
Este tipo de inteligencia es parte de una familia más amplia de tipos de inteligencia conocida como Inteligencia de Medidas y Señales (MASINT). MASINT implica el análisis de todo tipo de datos para recopilar información sobre una amplia variedad de situaciones y entornos. Además de la inteligencia acústica, MASINT incluye inteligencia de radar, infrarrojos, láser, espectroscópica y nuclear, entre muchos otros. Las personas que trabajan en este campo pueden trabajar en el campo o en el laboratorio, y los trabajadores del laboratorio utilizan técnicas científicas avanzadas para extraer información útil de los datos que recopilan.
Gracias al deseo común de estar por delante de otros países, muchos ejércitos tienen equipos muy avanzados a su disposición para su uso en la investigación y el desarrollo de ACINT. Los investigadores en este campo también pueden trabajar en el desarrollo de nuevas técnicas y equipos para garantizar que permanezcan a la cabeza del grupo.
Esta forma de inteligencia implica escuchar el mar y categorizar los sonidos que se escuchan. Los expertos en inteligencia acústica pueden diferenciar entre los sonidos naturales, como los movimientos del fondo del océano y los animales que pasan, y los sonidos generados por humanos, como barcos, submarinos, etc. La inteligencia acústica también implica el estudio de cómo se mueven los sonidos en el océano, desde los pings de los radares hasta el gemido de los cascos de los barcos.
El cuerpo de conocimiento acumulado en este campo permite a los técnicos distinguir entre diferentes tipos de sonidos cuando trabajan a bordo de barcos, filtrando las firmas acústicas características de las cosas que se consideran no amenazantes. Los equipos modernos pueden incluso realizar este filtrado automáticamente, lo que permite a los técnicos concentrarse en ruidos más ambiguos que podrían ser motivo de preocupación. La inteligencia acústica también se utiliza para monitorear la salud del océano, y los investigadores escuchan los sonidos que definen una región del océano e informan cambios que sugieren problemas.
Los océanos son lugares ruidosos. Las criaturas que pasan crean ondas de cavitación que dejan una firma distintiva, y también pueden emitir varios sonidos y generar ruido mientras comen, raspan el fondo del océano y participan en varias otras actividades. Los océanos también generan ruidos de origen geológico, como el retumbar de los volcanes submarinos. Aprender a distinguir estos ruidos es importante, al igual que aprender a identificar los ruidos que sí representan una amenaza, como los susurros de los motores de los submarinos avanzados o los sonidos de los torpedos que se aproximan.