¿Qué es un filtro de cloro?

Se utiliza un filtro de cloro para eliminar el cloro disuelto del agua. El filtro de cloro típico es un filtro de carbón que contiene una capa de gránulos de carbón o un bloque encerrado en un recipiente o carcasa de plástico. Estos filtros son de forma esférica o cilíndrica.
El carbón activado dentro de un filtro de cloro está hecho de carbón vegetal. Este tipo de material filtrante es extremadamente poroso y absorbente de cloro y otras sustancias. Un filtro de cloro fabricado se evalúa previamente por su longitud de valor medio de decloración, que es la eficiencia con la que elimina el cloro.

Un filtro de cloro se encuentra comúnmente en los ablandadores de agua. Funciona según el principio de intercambio iónico con la ayuda de carbón activado y resinas. Algunos filtros de cloro se basan en reacciones galvánicas en las que el cloro se convierte en un compuesto inofensivo al pasar entre los electrodos de zinc y cobre.

Otro tipo de filtro de cloro utiliza zeolita, lo que mejora aún más su rendimiento. Este tipo de filtro encuentra aplicación en duchas de baño, ablandadores de agua y otros tipos de equipos de tratamiento y purificación de agua. Un tipo más nuevo de filtro de cloro contiene plata para matar bacterias, ya que estos microbios se acumulan en el filtro con el tiempo.

Se pueden instalar filtros de cloro grandes en los sótanos de las casas e instalaciones médicas, como los centros de diálisis. Los tipos pequeños se instalan en grifos de cocina y baño y cabezales de ducha. Un filtro de cloro a veces se empaqueta como parte de un equipo de purificación de agua más complejo que cuenta con ozonización y ósmosis inversa para producir agua más segura.

El cloro presente en el agua para bañarse y beber puede causar efectos nocivos como pulmones irritados, daño celular y problemas relacionados con la piel. Los filtros de ducha declorados eliminan la mayor parte del cloro presente en el agua. Esto puede ayudar a evitar que la piel se vuelva áspera y deshidratada y evitar reacciones alérgicas causadas por el químico.

Normalmente, los filtros de cloro duran de uno a un año y medio. Su vida depende del contenido de cloro eliminado, las reacciones electroquímicas que ocurren durante la eliminación y la presencia de otros iones como el flúor. A medida que el cloro y las bacterias llenan los poros de un filtro, se vuelve menos eficiente y puede representar un peligro, ya que estas sustancias pueden filtrarse del filtro al agua potable.
La investigación implica que el cloro causa alergias y ciertos tipos de cáncer. Existe una creciente preocupación pública que desafía la seguridad del cloro como producto químico estándar para el tratamiento del agua. Como resultado, los filtros de cloro han experimentado un aumento de la demanda desde principios de la década de 1980.