Una casa de manantiales es un pequeño edificio construido sobre una fuente de manantial con fines de almacenamiento y refrigeración. Antes de los días de la refrigeración moderna, las propiedades refrescantes naturales del agua corriente podían utilizarse para conservar los alimentos que se estropearían con el calor y proporcionar una fuente de agua constantemente fría. Las casas de primavera modernas son bastante raras, aunque todavía existen algunas versiones históricas y réplicas construidas con estándares históricos.
Hasta el siglo XX, una de las preocupaciones más importantes de cualquier tipo de colono, agricultor o pionero era la disponibilidad de una fuente de agua limpia y confiable. Sin plomería ni refrigeradores, uno de los medios principales de hidratación, agua de baño y los primeros métodos de refrigeración era el agua limpia y corriente constante de una fuente natural. Una casa de manantial era un elemento importante de muchas granjas y asentamientos, ya que ayudaba a crear un pequeño espacio en el que el agua se podía recolectar y usar para una variedad de propósitos.
Una casa de primavera tradicional se construía típicamente con piedra, ya que ayudaba a mantener el interior del espacio más fresco que la madera. El edificio normalmente tenía un techo bajo y era bastante pequeño; muchos se establecieron cerca de viviendas. Un ejemplo histórico incluso tenía un túnel subterráneo que iba desde el manantial hasta la vivienda principal. Dentro de la casa del manantial, a veces se construía un abrevadero de desvío para que el agua corriera a través del edificio.
Una de las funciones más importantes de una casa de primavera era actuar como refrigerador para alimentos perecederos. La leche, la mantequilla, la carne y otros alimentos sensibles al calor se mantendrían allí para mantenerlos frescos incluso en los días más calurosos. La leche, el suero de leche y el ponche de huevo pueden colocarse en jarras de vidrio o de barro y colocarse directamente en el agua para enfriarlo. Otros alimentos, como huevos y carne, podrían simplemente dejarse dentro de la estructura para absorber el agradable frío que trae el agua fría que burbujea desde la fuente.
Sin una casa de primavera, habría sido imposible tener a mano muchos productos alimenticios básicos con regularidad. Además de mantener las cosas frescas en el verano, una casa de primavera construida sobre una fuente de primavera también podría usarse en invierno para evitar que los líquidos se congelen, ya que el agua subterránea que proporciona el flujo de la primavera tiene muchas menos probabilidades de congelarse que otras fuentes naturales. como arroyos o lagos. Esta práctica ayudó a garantizar un suministro constante de alimentos seguros en todas las estaciones y sirvió como un paso importante hacia la refrigeración moderna.