Básicamente, los sindicatos son asociaciones de trabajadores que se agrupan con el fin de mejorar sus condiciones de empleo y protegerse a sí mismos y a sus compañeros de trabajo de la explotación económica y legal. Los miembros de los sindicatos participan en la negociación colectiva con sus empleadores, así como en el activismo político general.
Los sindicatos son casi tan antiguos como los propios Estados Unidos. Aunque los sindicatos primitivos de carpinteros y otros comerciantes hicieron su aparición en varias ciudades de la América colonial, los primeros sindicatos nacionales ganaron fuerza en la década de 1820. Durante este tiempo, los trabajadores se unieron para reducir la jornada laboral de 12 horas agotadoras a 10 horas más manejables. En 1866, el Sindicato Nacional de Trabajadores convenció al Congreso de que redujera la jornada laboral al estándar actual de ocho horas.
El Día del Trabajo, un feriado que se observa el primer lunes de septiembre, es una creación del movimiento sindical organizado. El día está destinado a honrar los logros de los trabajadores estadounidenses y las contribuciones que han hecho a la prosperidad y la fuerza de los Estados Unidos. La primera celebración del Día del Trabajo fue organizada por miembros del Sindicato Central de Trabajadores y se llevó a cabo el 5 de septiembre de 1882.
La Federación Estadounidense del Trabajo (AFL), formada en 1866, hizo muchas contribuciones a la causa de proteger los derechos de los trabajadores estadounidenses. El grupo jugó un papel decisivo en la creación del Departamento de Trabajo de EE. UU. Y la Oficina de la Infancia en la década de 1890. La AFL también trabajó para aprobar la Ley Clayton de 1914. Esta importante ley permitió a los trabajadores utilizar boicots, huelgas y piquetes pacíficos como herramientas de negociación.
En 1935, John L. Lewis creó el Comité de Organización Industrial (CIO), el primer intento de sindicalismo industrial. Básicamente, su organización permitió que todas las personas empleadas en una industria en particular, independientemente de los niveles de habilidad individual, se unieran para mejorar las condiciones de trabajo como miembros de los sindicatos. El CIO, aunque notablemente exitoso por derecho propio, finalmente se fusionó con la AFL en 1955 para formar la AFL-CIO y eliminar cualquier disputa jurisdiccional que pudiera tener un efecto negativo sobre la causa del trabajo organizado.
Desde entonces, sin embargo, los sindicatos han experimentado una gran reducción tanto en su membresía como en su poder. Los investigadores tienen muchas teorías diferentes sobre las razones de este cambio. Algunos sienten que el aumento de mujeres y adolescentes en la fuerza laboral ha debilitado la fuerza de los sindicatos, ya que los miembros de estos grupos generalmente no son los únicos proveedores de una familia y, por lo tanto, es menos probable que participen activamente en los esfuerzos por aumentar los salarios y los beneficios. Otros creen que los empleadores tienen la culpa, ya que muchas empresas están desalentando activamente la afiliación a sindicatos, llegando incluso a contratar consultores legales para diseñar estrategias para detener la formación de sindicatos de empleados.