La sostenibilidad es un concepto que se está expandiendo constantemente en el siglo XXI, tocando nuevas áreas de la vida y los negocios al incitar a las personas a considerar alternativas que marquen diferencias generales positivas. La Administración de Comercio Internacional del Departamento de Comercio de los Estados Unidos define la fabricación sostenible como la creación de productos manufacturados que utilizan procesos que minimizan los impactos ambientales negativos; son seguros para los empleados, las comunidades y los consumidores; y son económicamente sólidos. El cumplimiento de estos estándares puede requerir una amplia gama de cambios, como eliminar el uso de recursos renovables, convertir a fuentes de energía limpia e implementar procesos de producción más eficientes.
En el pasado, la mayor parte de la fabricación se realizaba sin tener en cuenta el bienestar de las personas, la naturaleza y la vida en el futuro. La manufactura sustentable se diferencia en que apunta a mejorar las condiciones en el presente considerando el impacto que tendrá en la vida de las próximas generaciones. Elimina las actitudes en las que la demanda del consumidor eclipsa las consecuencias.
Uno de los principales enfoques de la fabricación sostenible es mostrar un mayor nivel de respeto por el medio ambiente. Por lo general, existe una larga lista de problemas que deben abordarse para que una empresa cumpla con estos estándares. Dos ejemplos incluyen la reevaluación de los tipos de materiales que se utilizan y la forma en que se utilizan. El uso de recursos naturales no renovables es una preocupación ambiental importante porque estos materiales no se pueden reemplazar y algunos ya se han reducido a niveles alarmantes. Encontrar recursos renovables para reemplazar el uso de estos materiales mueve una empresa hacia la sostenibilidad.
Aún así, incluso cuando los recursos son renovables, la fabricación sostenible apunta además a eliminar los procesos dañinos y derrochadores. Los fabricantes pueden gestionar sus niveles de residuos mediante la implementación de métodos de producción más eficientes y el reciclaje o la reventa de subproductos. La eliminación de los efectos dañinos de la producción de bienes se puede lograr mediante el uso de tecnologías y fuentes de energía limpias.
En general, se sabe que los fabricantes están en el negocio para obtener ganancias y la mayoría tiene la responsabilidad de cumplir con las obligaciones financieras con sus accionistas. Aunque la fabricación sostenible no pretende redefinir este aspecto de los negocios, sí resalta las obligaciones sociales que también tienen las empresas. Además de proteger el medio ambiente, también es necesario proteger a las personas y sus comunidades.
A lo largo del tiempo, las formas en que la fabricación puede afectar negativamente a las personas y sus formas de vida han sido bien documentadas. Por ejemplo, en muchos casos, las operaciones de fabricación a gran escala adquieren tierras que anteriormente se utilizaban para fines agrícolas o domésticos, o sus procesos de producción contaminan la tierra y el agua de las que antes dependían las comunidades circundantes. A medida que más empresas avancen hacia la sostenibilidad, estos problemas sociales comenzarán a desaparecer.