El control de la calidad de los alimentos es una medida importante que se debe tomar para prevenir la contaminación y el mal uso de los suministros de alimentos por parte de los fabricantes, proveedores y distribuidores para proteger la salud de los consumidores. Mantener un alto nivel en el control de la calidad de los alimentos depende de métodos que van desde la selección inicial del suministro de alimentos hasta su distribución. El control de calidad en la producción de alimentos implica un ciclo riguroso de inspecciones junto con la aplicación y el cumplimiento de varios sistemas y prácticas de seguridad alimentaria.
Algunos de los primeros pasos en la implementación de procedimientos de control de calidad de los alimentos ocurren durante la fase de compra. Los procedimientos que garantizan la calidad del suministro de alimentos durante esta fase inicial se basan en controles y análisis exhaustivos de las partes y etapas involucradas. Tales acciones pueden incluir la determinación de la reputación y confiabilidad del proveedor, la inspección y el análisis del suministro de alimentos que se adquiere, la garantía de conformidad con las normas y prácticas aceptadas y la consideración de la cantidad y la vida útil. El personal de inspección lleva a cabo muchas de estas tareas, ya que son necesarias inspecciones completas en cada punto.
Las buenas pautas de fabricación también son un componente crucial para prevenir y controlar los problemas que podrían surgir de los suministros de alimentos comprometidos. La aplicación de prácticas de fabricación adecuadas y satisfactorias depende en gran medida de una combinación de factores que incluyen al personal, los equipos y los procesos de fabricación. La formación adecuada garantiza que el personal utilice los métodos correctos de higiene, control de alérgenos y supervisión de los empleados y proveedores. Las inspecciones periódicas de las instalaciones de fabricación y los proveedores añaden otro nivel de seguridad, mientras que la documentación y los registros de los procedimientos de fabricación establecen la responsabilidad del procesador de alimentos.
El análisis de peligros y puntos críticos de control (HACCP) es un método para garantizar la seguridad alimentaria que se implementa en cada paso del sistema de control de calidad de los alimentos, desde la producción y manipulación hasta el envasado y distribución. Esta implementación sistemática de HACCP identifica los peligros para la seguridad alimentaria desde un punto de vista biológico, químico y físico. Sus siete principios se incorporan en casi todas las industrias alimentarias y requieren la identificación de los peligros alimentarios y los puntos críticos de control, la etapa en la que los peligros alimentarios se reducen o eliminan eficazmente.
Se requiere un seguimiento cuidadoso de los puntos críticos de control en todos los niveles de producción de alimentos, y si el seguimiento revela una infracción en el punto de control crítico, se emplean medidas correctivas. También se requiere la documentación de los datos y las actividades de HAACP junto con la validación y verificación de los planes de HAACP para una operación exitosa de control de calidad de los alimentos.