No existe una definición estándar para la web 2.0, ya que es un conjunto de ideas en lugar de algo bien definido. Sin embargo, se considera que los comentarios de O’Reilly sobre el tema tienen una autoridad especial y se encuentran entre los mejores resultados de búsqueda de Google para el término.
La primera premisa de la web 2.0 es aprovechar el poder del usuario. Por ejemplo, se utilizaría un etiquetado fluido de contenido por parte del usuario en lugar de una taxonomía centralizada. Los emprendedores de la Web 2.0 suelen considerar Long Tail, que es básicamente una observación de que la gran mayoría del mercado de atención se basa en contenido de nicho. Esta versión de la web está radicalmente descentralizada, como en el caso de BitTorrent, una cooperativa de descarga colaborativa que consume una gran parte de todo el tráfico de Internet.
Los blogs se consideran web 2.0. En lugar de «páginas de inicio personales» centralizadas, los blogs permiten que las personas publiquen fácilmente tanto o tan poco como quieran, con la frecuencia o raras ocasiones que quieran. Los agregadores de feeds garantizan que las personas solo necesiten visitar un único sitio para ver todos los feeds a los que se suscriben. Los comentarios están habilitados en todas partes, lo que permite a las personas participar en lugar de consumir contenido pasivamente.
La página web Digg es un ejemplo de web 2.0. A diferencia de las páginas de noticias tradicionales para las que los editores eligen las noticias principales, el contenido de la página principal de Digg está determinado por la votación de muchos miles de usuarios. Cuantos más votos obtenga una historia, es más probable que aparezca en la portada.
Se supone que el marketing Web 2.0 es viral, es decir, usuarios felices que animan a sus amigos a utilizar un producto, en lugar de publicidad masiva que lave el cerebro a las personas para que lo hagan. Esto se relaciona con la idea de «marketing de permiso»: marketing que en realidad obtiene el permiso de sus objetivos en lugar de poner un anuncio en la cara de alguien en contra de su voluntad. Algunas personas llaman a la web 2.0 simplemente otra burbuja como la primera. Solo el tiempo dirá si estas empresas son realmente rentables o «simplemente» modernas y útiles.