En sociolingüística y otras áreas relacionadas de la academia, el discurso generalmente se define como la relación entre el lenguaje y su contexto del mundo real. Muchos investigadores y teóricos relacionan el discurso específicamente con las estructuras de poder en una sociedad dada, y esta es el área donde hay más superposición entre género y discurso. Los enfoques de la investigación de género y discurso pueden analizar la forma en que el lenguaje refleja o influye en los estereotipos de género, o pueden discutir las diferencias entre cómo los hombres y las mujeres usan el lenguaje.
Gran parte del uso de la palabra discurso a finales del siglo XX y principios del XXI estuvo influenciado por el trabajo del filósofo francés Michel Foucault, quien definió el uso del lenguaje y otros sistemas de signos como un medio para controlar las acciones de las personas. Basándose en las teorías de Foucault, muchos investigadores han analizado el género en relación con las estructuras de poder social y cultural existentes. Algunos teóricos sostienen que la forma en que se usa el lenguaje refuerza las estructuras de poder existentes, mientras que otros afirman que el discurso simplemente refleja el estado de cosas existente. La relación entre poder y discurso también puede verse como cíclica o que se refuerza mutuamente: las estructuras sociales influyen en el lenguaje y el lenguaje influye en las estructuras sociales. Los enfoques foucaultianos del género y el discurso tienden a centrarse en la relación entre género y poder.
Algunas investigaciones se centran en la diferencia entre cómo se retrata a hombres y mujeres en el discurso. Por ejemplo, algunos estudios de género y discurso analizan la forma en que se ve a hombres y mujeres en la comunicación pública, como la publicidad o la televisión. El objetivo de tal análisis es a menudo revelar los supuestos tácitos sobre las interacciones de género y las estructuras de poder subyacentes que revelan estas interacciones.
Por otro lado, una parte significativa de los estudios sobre el discurso de género analiza la diferencia entre cómo las mujeres y los propios hombres usan el lenguaje. Este tipo de estudios casi siempre se concentra en una cultura o subcultura en particular. Por ejemplo, un estudio de personas de habla malgache reveló que el discurso de las mujeres es más directo en ese contexto cultural, mientras que el discurso de los hombres es más indirecto. Este estudio provocó un debate sobre los tipos de poder que se ejercen cuando se utiliza cada estilo de comunicación.
En muchas culturas diferentes, los estilos de habla de las mujeres a menudo tienen poder en las circunstancias domésticas, mientras que se cree que el habla de los hombres es más potente en entornos públicos. La mayoría de los teóricos creen que esta diferencia se debe principalmente a la forma en que se socializa a niños y niñas desde una edad temprana, más que a diferencias biológicas innatas entre los sexos. Sin embargo, pueden estar en desacuerdo sobre si estas diferencias constituyen una forma de opresión social de las mujeres. Aquellos que se identifican como igualitarios o liberales de género pueden argumentar que estas diferencias no deberían existir. Por otro lado, algunas personas, como las feministas de la diferencia, responderían que si bien el poder asignado a las mujeres en la sociedad es de un tipo diferente al asignado a los hombres, no es un sistema inherentemente desigual.