¿Qué es la teología sistemática?

La teología sistemática es una rama de los estudios cristianos que intenta desarrollar sistemas coherentes de declaraciones sobre varios temas dentro de la fe cristiana. Es un estudio amplio que comprende una amplia gama de creencias y metodologías. En la práctica, a menudo combina elementos tanto de la teología bíblica como de la teología filosófica.

Al igual que la teología bíblica, la teología sistemática generalmente se basa en textos bíblicos para la mayor parte de su material de origen. Uno de los objetivos principales de la teología bíblica es rastrear el desarrollo histórico de doctrinas e ideas en la Biblia, especialmente las revelaciones progresivas sobre la naturaleza de Dios en toda la Biblia. La teología sistemática, por otro lado, tiende a centrarse más en temas individuales que en el desarrollo histórico del pensamiento sobre esos temas.

Por ejemplo, el objetivo de una obra particular de teología sistemática podría ser explicar las declaraciones bíblicas sobre la redención. Muchos pasajes diferentes de la Biblia tratan sobre el concepto de redención, pero pocos, si es que hay alguno, definen y explican sistemáticamente la redención. Un teólogo sistemático podría comparar y analizar todos estos diversos textos con el objetivo de definir un sistema de redención que los tenga en cuenta a todos.

A veces, sin embargo, el intento de reconciliar varios textos puede llevar al teólogo sistemático fuera de lo que se declara explícitamente en la Biblia. Por ejemplo, muchas, si no la mayoría, de los puntos de vista de la teología cristiana sostienen alguna forma de doctrina trinitaria: la creencia de que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son tres personas que componen un solo Dios. Si bien existe cierto apoyo bíblico para esta doctrina, la palabra “Trinidad” en sí misma nunca aparece en la Biblia. Entonces, para defender o refinar las doctrinas relacionadas con la Trinidad, la teología sistemática se ramificará con mayor frecuencia en el campo de la teología filosófica. La teología filosófica usa las reglas de la lógica, en lugar de la enseñanza bíblica explícita, para formular declaraciones sobre la naturaleza de Dios.

Otros puntos de vista teológicos también podrían caer bajo el amplio paraguas de la teología sistemática. Por ejemplo, la teología de procesos es una teoría sistemática que postula que tanto Dios como la humanidad cambian con el tiempo. Algunos críticos de la teología del proceso creen que contradice abiertamente la enseñanza bíblica, que generalmente no está permitida en la teología sistemática.