La prosodia en el lenguaje es el ritmo del habla, el énfasis en las sílabas y las propiedades tonales generales del habla. Este elemento del lenguaje se usa de muchas formas diferentes. Los lingüistas pueden mirar la prosodia o la métrica en prosa para determinar cómo la emoción afecta el lenguaje, cómo el tono se relaciona con la adquisición del lenguaje o cómo explicar un idioma a un principiante.
Los expertos han identificado varios aspectos del habla o de las condiciones del habla que pueden tener un efecto sustancial sobre la prosodia. Por ejemplo, el estado emocional del hablante es una influencia habitual en esta propiedad del habla. También es importante considerar si el orador está haciendo una declaración, haciendo una pregunta o realizando otras tareas retóricas que pueden influir en la métrica de prosa que se entrega.
En poesía, la prosodia es la métrica poética del verso. El uso de este elemento en la poesía está directamente relacionado con el uso de la prosodia en el lenguaje no poético, ya que ambos tratan el ritmo y la cadencia del lenguaje. En poesía, el protocolo prosódico es más formal o estrictamente reconocido, simplemente porque la poesía tradicional, como se ha practicado durante siglos, se ha basado en el ritmo y la métrica estrictos como algunos de sus elementos artísticos esenciales.
Aunque la poesía actual está relativamente libre de métricas y reglas estrictas, las formas de poesía más antiguas y clásicas, a menudo llamadas verso tradicional, casi siempre cumplían con ciertas reglas prosódicas. Las líneas de poesía incluían elementos llamados pies que usaban un tono y un énfasis específicos. Esto influyó en el acento de sílabas específicas, que es una parte clave de la prosodia tanto en la poesía como en la canción.
Junto con los pies y los metros, la prosodia de la poesía también incluye un elemento llamado cesurae, o «rupturas»; este elemento todavía se puede usar bastante en la poesía moderna. La simple idea de hacer una pausa después de una sílaba específica también es común tanto en la poesía como en la retórica general. Eso hace que los elementos de cesurae aún se puedan aplicar a muchos casos del habla moderna, aunque el hablante promedio podría no identificarlos como tales.
En la evolución de la poesía como forma de arte, la mayoría de los expertos literarios estarían de acuerdo en que a finales del siglo XX la poesía pasó de ser en gran medida una forma de arte basada en estrictas reglas prosódicas a algo basado más en el atractivo emocional. La idea del “verso libre” reemplazó al verso tradicional en gran medida, reflejando una priorización del poder emocional, la pasión o el atractivo conceptual sobre la elaborada prosodia del poema clásico. Este cambio ha reducido el uso de elementos prosódicos formales en algunas de las artes literarias, pero la idea de acentuación y tono en el lenguaje todavía juega un papel vital en el habla tanto poética como no poética.