La retórica es el estudio y la práctica de técnicas de comunicación que se utilizan con fines tales como la transmisión de conocimientos, la alteración de opiniones y la promoción de determinadas acciones. Las prácticas de retórica y persuasión están estrechamente vinculadas porque se utilizan comúnmente varias técnicas retóricas con el propósito de persuasión. La persuasión se refiere específicamente al uso de una variedad de técnicas generalmente retóricas para cambiar opiniones o alentar acciones particulares. Las técnicas de retórica y persuasión a veces implican la presentación de un caso lógico bien organizado que intenta demostrar la razón detrás de una idea en particular. Otros métodos de retórica y persuasión se basan en cambio en apelaciones a la emoción o la autoridad.
La lógica es una herramienta común de persuasión, ya que puede usarse para demostrar objetivamente la corrección de una idea dentro de ciertos contextos. En algunos casos, se deben utilizar otros métodos retóricos para preparar o abrir al oyente a un argumento lógico. La retórica y la persuasión, entonces, deben usarse juntas para lograr el resultado deseado.
A veces, no existe un argumento lógico válido para una determinada propuesta o el argumento lógico se basa en un conocimiento que es demasiado difícil de entender para un oyente. Un científico puede necesitar explicar su necesidad de financiación a un político que sabe poco sobre ciencia, por ejemplo. En tales casos, la retórica y la persuasión pueden involucrar apelaciones a la emoción o la autoridad más que a la razón y la lógica. Un investigador biomédico puede intentar apelar a las emociones del político hablando de cuántos niños podría salvar la financiación gubernamental para la investigación. También puede utilizar técnicas de retórica y persuasión para enfatizar su propia experiencia, apelando así a su propia autoridad en el tema.
La ética también es importante tanto en la retórica como en la persuasión. Las personas tienden a sentirse mejor al tomar decisiones éticamente sólidas y, a menudo, es fácil atacar posiciones éticamente cuestionables. Demostrar la importancia ética de adaptar una determinada posición, independientemente de la lógica de la posición, puede dar mucho crédito a un argumento.
Es importante señalar que las técnicas retóricas no tienen nada que ver con ser correctas. Las técnicas de retórica y persuasión se pueden utilizar para defender una posición incorrecta o poco ética, así como una posición correcta y ética. Las apelaciones emocionales, en particular, se utilizan comúnmente para defender puntos para los que no existen argumentos racionales. Las personas suelen actuar de forma irracional debido a emociones como la ira o la tristeza. El conocimiento de las técnicas retóricas puede hacer que uno sea mucho menos propenso a caer en tales técnicas sin un apoyo lógico sólido.