Un fideicomiso expreso es un tipo de fideicomiso creado intencionalmente por el propietario de la propiedad para proporcionar instrucciones específicas para el uso de esa propiedad para uno o más propósitos específicos. En su aplicación más amplia, este tipo de fideicomiso legal puede tener la forma de un testamento y última voluntad por escrito que proporcione instrucciones específicas sobre cómo los bienes del fallecido deben ser compartidos entre los diferentes beneficiarios. En lo que respecta al establecimiento de algún tipo de fondo fiduciario, un fideicomiso expreso puede ser una declaración oral que eventualmente se presenta en forma de documento legal y se utiliza como base para crear y administrar ese fondo.
Hay muchas razones por las que una confianza expresa puede ser una buena idea. Las personas que deseen brindar apoyo financiero continuo a sus seres queridos pueden optar por crear un fideicomiso que administre los activos del proveedor una vez que fallezca. Este enfoque es especialmente útil si el proveedor sospecha que los seres queridos en cuestión tendrían dificultades para administrar la herencia de manera responsable. Cuando este es el caso, el establecimiento de lo que se conoce como un fideicomiso derrochador proporciona a los seres queridos un ingreso estable, pero les impide retirar toda la herencia de una vez y posiblemente perderla debido a una mala gestión financiera.
Otros ejemplos de confianza expresa se encuentran comúnmente en la mayoría de las naciones. Un fideicomiso discrecional normalmente designa quién puede recibir los desembolsos del fondo fiduciario, pero deja el monto y la frecuencia de esos pagos al administrador o administrador del fondo. Los fideicomisos benéficos permiten dejar propiedades y otros activos a una organización benéfica calificada. En algunos casos, es posible restringir el uso de esos fondos a programas o proyectos específicos operados por esa organización benéfica individual. Un fideicomiso es a menudo una buena solución cuando el objetivo es brindar apoyo continuo a un niño menor de edad o alguien discapacitado, ya que prevé el establecimiento de pautas que el administrador debe respetar.
Dado que un fideicomiso expreso es un acto deliberado de un propietario o fideicomitente para especificar cómo se desembolsarán o utilizarán ciertos activos, el fideicomiso puede comenzar en forma de un documento oral, pero debe registrarse en algún momento. Esto se debe a que las leyes relativas a las declaraciones orales tienen diferentes grados de legitimación en varias naciones. En algunas áreas del mundo, establecer la veracidad de un fideicomiso oral a través de la confirmación de dos o tres personas que escucharon al fideicomitente expresar esas intenciones es tan válido como un documento escrito. En otras naciones, las declaraciones orales, incluso cuando son confirmadas por fuentes externas, no tienen el valor de un documento legal legalmente ejecutado.