¿Cómo reconozco las estafas de lavado de dinero?

Las estafas de lavado de dinero generalmente involucran situaciones en las que una persona recibe una solicitud para actuar como intermediario para transacciones de efectivo o bienes. Casi todas las situaciones de esta naturaleza son fraudulentas, especialmente si la solicitud proviene de una persona desconocida. Las personas atrapadas en estafas de lavado de dinero deben ser conscientes de que pueden ser responsables penalmente por recibir bienes o fondos robados y pueden enfrentar sanciones severas. Para evitar tales situaciones, las personas deben tener cuidado con las transacciones comerciales y recordar el adagio de que si algo suena demasiado bueno para ser verdad, probablemente lo sea.

En una configuración típica de estafa de lavado de dinero, el perpetrador se acerca a la víctima para pedirle que reciba dinero o bienes y los traslade a otro lugar. Esto debería levantar una bandera roja, incluso si el perpetrador tiene una buena excusa para no poder manejarlo directamente. El perpetrador también suele decirle a la víctima que puede quedarse con parte del dinero o los bienes como «compensación», otra advertencia de alerta. Las empresas que necesitan que las personas actúen como agentes para las transacciones generalmente pasan por agencias oficiales y transportistas externos, en lugar de acercarse a extraños al azar.

En las estafas de lavado de dinero, las personas hacen cosas como comprar bienes con tarjetas de crédito robadas, enviárselos a la víctima y hacer que la víctima vuelva a empaquetar los bienes para su reventa legítima. Otra táctica consiste en mover fondos robados a través de cuentas bancarias inocentes; la víctima recibe un cheque, transferencia bancaria o giro postal, lo deposita y luego transfiere fondos a otra persona. El objetivo de las estafas de lavado de dinero es ocultar transacciones ilegales en una capa de transacciones aparentemente legítimas.

Cualquiera que reciba un contacto aleatorio pidiendo ayuda para mover dinero o bienes debe sospechar. En las estafas de lavado de dinero, el perpetrador le pedirá a la víctima información personal de envío y cuenta bancaria, otra señal de advertencia. También se les dirá a las víctimas que no necesitan declarar esa actividad en sus impuestos. En un ejemplo clásico, la víctima recibe un correo electrónico de alguien que dice ser un ciudadano extranjero, explicando que tiene problemas con los pagos de su negocio y quiere que la víctima maneje los pagos en su nombre. Si la víctima está de acuerdo, recibirá depósitos periódicos y obtendrá instrucciones sobre dónde enviar el dinero.

La mayoría de las estafas de lavado de dinero son obvias por su naturaleza. Los perpetradores confían en la codicia con tentaciones como permitir que las personas se queden con algunos de los bienes o fondos que manejan, o explotar la mala educación con la esperanza de que una víctima potencial no reconozca las señales de advertencia. Si una persona se acerca a alguien y le pide que maneje bienes o fondos en su nombre, debe comunicarse con las autoridades policiales para informar de la situación.