La ley de agravios es el área de la ley que se ocupa de las lesiones físicas, emocionales y las lesiones a la propiedad. Hay tres tipos básicos de agravios reconocidos en la mayoría de los sistemas legales. Los agravios pueden ser intencionales, de responsabilidad estricta o negligentes. La agresión generalmente se considera un agravio intencional o negligente. El agravio por agresión, o agravio por agresión, generalmente requiere un toque intencional o negligente de otra persona que causa daño a la persona.
La agresión también puede ser acusada de delito en muchas jurisdicciones. Cuando la agresión es acusada de delito, el acusado puede enfrentarse a la cárcel como resultado. En muchos casos, la víctima de una agresión también tiene la opción de presentar una demanda civil contra el acusado por lesiones personales causadas como resultado del agravio de la agresión. A menudo, una condena en un tribunal penal por el delito de agresión puede utilizarse como prueba contra el acusado en una demanda civil por agravio por agresión.
Una diferencia significativa entre el cargo penal de agresión y el agravio civil de agresión es que, en una demanda civil, el grado de fuerza utilizado para cometer la agresión es irrelevante. En un caso penal, con frecuencia hay niveles de agresión dependiendo de la fuerza utilizada o de si hubo un arma involucrada. En una demanda por agravio por agresión civil, empujar suavemente a alguien es lo mismo que golpear a alguien con un arma. En la mayoría de los casos, la cuestión legal es si el toque fue intencional; sin embargo, en algunas jurisdicciones, el agravio por agresión puede mostrarse mostrando un toque negligente.
La otra diferencia importante entre el delito de agresión y el agravio con agresión es que, a diferencia de un caso penal en el que el acusado enfrenta el encarcelamiento, en una demanda civil, la atención se centra en los daños sufridos por la víctima. Como tal, la víctima recibirá una compensación monetaria si gana una demanda por agravio civil. El monto de la compensación dependerá de una serie de factores, incluida la gravedad del contacto, las lesiones físicas reales sufridas y el impacto emocional de la agresión.
Un acusado que se enfrenta a una demanda por agravio por agresión puede tener una defensa para la demanda. En la mayoría de las jurisdicciones, el consentimiento y la autodefensa son las defensas más comunes contra el agravio de la agresión. El consentimiento se usa cuando el acusado afirma que el contacto fue consensuado; por ejemplo, en una demanda por agresión sexual. Se alega defensa propia en situaciones en las que el acusado afirma que fue amenazado por la víctima y que no tuvo otra opción razonable que protegerse cometiendo la agresión.