¿Cuáles son los diferentes tipos de técnicas de conservación de energía?

Cuando las personas usan más energía de la que necesitan, no solo es un desperdicio y es potencialmente dañino para el medio ambiente, sino que también puede ser costoso. El método más efectivo para prevenir el uso excesivo de energía es mediante la conservación. Las técnicas de conservación de energía son efectivas porque alientan a las personas a evitar el desperdicio y al mismo tiempo ahorran dinero al reducir sus facturas de servicios públicos y los precios del combustible. Hay muchas formas de ahorrar energía, pero el objetivo final de la conservación es desarrollar un sistema de energía sostenible que ayude a hacer que la energía sea más barata y más abundante. Los diferentes tipos de técnicas de conservación de energía incluyen apagar las luces y los dispositivos cuando no son necesarios, adoptar técnicas de calefacción y refrigeración de bajo consumo para hogares y empresas, conservar el combustible que se utiliza para el transporte y el reciclaje siempre que sea posible.

Los propietarios de viviendas pueden aprovechar una variedad de técnicas de conservación de energía para reducir su consumo de energía y reducir sus facturas. El método más simple y más común para conservar energía es apagar las luces de las habitaciones que están desocupadas y reemplazar las bombillas existentes por bombillas de bajo consumo. Se pueden lograr mayores ahorros de energía apagando los televisores cuando nadie los está mirando y apagando las computadoras cuando no están en uso.

Otro problema de conservación de energía menos obvio es lo que se llama energía de reserva. Los cargadores de dispositivos portátiles, hornos de microondas, reproductores de discos versátiles digitales (DVD) y cajas de televisión por cable a menudo se dejan enchufados a una toma de corriente cuando no están en uso, y continúan usando pequeñas cantidades de electricidad. Apagar un dispositivo cuando está inactivo podría no ahorrar mucha energía, pero si hay varias máquinas inactivas que consumen energía en un hogar, apagarlas todas puede sumar una gran cantidad de energía ahorrada. Además, apagar dispositivos móviles como teléfonos celulares cuando no son necesarios, como cuando el usuario está durmiendo, reduce la necesidad de recargarlos, lo que ahorra electricidad.

Algunos electrodomésticos, como refrigeradores y congeladores, no se pueden apagar. Las técnicas efectivas de conservación de energía para tales dispositivos incluyen bajar la configuración de refrigeración para que el refrigerador o el congelador estén lo suficientemente fríos como para conservar los alimentos adecuadamente. Además, se usa menos energía si sus puertas se abren con menos frecuencia y se cierran rápidamente cuando se abren. Los electrodomésticos más antiguos también se pueden reemplazar por versiones más nuevas, como las que están certificadas como que cumplen con los estándares de eficiencia porque usan menos electricidad.

La calefacción y el aire acondicionado son grandes fuentes de uso de energía en el hogar. El consumo de energía para el control del clima interior puede reducirse usando ropa más abrigada durante el invierno en lugar de subir el termostato o subir o bajar el termostato al salir de la casa. Mejorar el aislamiento de la casa también puede reducir el uso de energía, y los techos pintados de blanco pueden reflejar el calor del sol en el verano, haciendo que la casa sea más fresca, en lugar de absorber el calor y hacerlo más cálido.

La conservación de energía también es importante cuando se trata de transporte. Los conductores pueden ahorrar gasolina combinando varios mandados en uno, manteniendo sus llantas infladas adecuadamente o incluso utilizando diversas técnicas para aumentar la eficiencia del combustible de su automóvil. Compartir el viaje, caminar o usar el transporte público son otras formas de ahorrar energía. Los propietarios de automóviles también pueden optar por reemplazar los automóviles más antiguos que son menos eficientes por otros más nuevos que son más eficientes.

El reciclaje es una parte importante de la conservación de los recursos y ayuda a conservar la energía. Reciclar aluminio, por ejemplo, cuesta mucho menos energía que la que se usa para extraer el aluminio y purificarlo, y reciclar papel ahorra la energía necesaria para cortar árboles. Las industrias también pueden reciclar directamente la energía mediante la recuperación de energía residual con máquinas como las calderas de recuperación de residuos, que utilizan calor generado normalmente para producir vapor y luego electricidad mediante el uso de turbinas. Los automóviles híbridos de gasolina y electricidad reciclan energía a través del frenado regenerativo, y los productos de desecho como el aceite vegetal usado pueden reciclarse en combustible biodiesel para vehículos que funcionan con diesel.

La energía renovable es un componente crítico de un sistema de energía sostenible, y es una de las técnicas de conservación de energía más efectivas. La energía solar, por ejemplo, aprovecha el sol y ya se usa para alimentar dispositivos como calculadoras y edificios, como hogares y negocios. Después de que se usa una cantidad inicial de energía para construir un panel solar, no se necesita más energía para aprovechar el poder del sol hasta que el panel necesite reemplazo, lo que podría no ser necesario durante décadas.