El Banco Federal de Financiamiento es una corporación gubernamental en los Estados Unidos. Su función es actuar como un recurso central para financiar los préstamos de agencias gubernamentales. El objetivo es reducir la necesidad de que las agencias traten directamente con el mercado de préstamos comerciales, donde una agencia individual tendría un poder de negociación limitado.
El Congreso creó y autorizó el Banco Federal de Financiamiento en 1973. El banco opera como una corporación, pero se considera parte del Departamento del Tesoro. Está supervisado por el Secretario de Hacienda. El dinero que el banco recauda y pasa a las agencias proviene del Tesoro, que a su vez recauda el efectivo a través de la venta de valores del tesoro.
El objetivo principal del banco es la organización de préstamos y otras financiaciones para agencias gubernamentales. A agosto de 2010, este préstamo totalizó $ 54.3 mil millones. Para dar una idea de la escala del trabajo que realiza el banco, durante agosto de 2010, arregló 110 préstamos a 66 agencias. Esto incluyó el Servicio Postal de los Estados Unidos, universidades y agencias de servicios públicos rurales. También incluyó varias compañías automotrices para quienes los préstamos habían sido garantizados por el gobierno.
Un objetivo secundario del Banco Federal de Financiamiento es abordar el problema potencial de los productos de valores basados en la deuda, como los bonos que emiten las agencias gubernamentales más allá de lo presupuestado. Esto tiene el potencial de producir un exceso de oferta de dichos bonos, que son particularmente atractivos para muchos inversores, ya que está prácticamente garantizado que el emisor reembolsará el dinero cuando venza el bono. A su vez, este exceso de oferta podría reducir el precio de los títulos del Tesoro, lo que podría afectar gravemente la cantidad de dinero que el gobierno federal central pudo pedir prestado o los intereses que tendría que pagar. Para lidiar con esto, el Banco Federal de Financiación tiene la autoridad de comprar valores de cualquier agencia federal en un intento por estabilizar el precio.
En 2008, algunos prestamistas previamente involucrados en préstamos estudiantiles dejaron de prestar a los estudiantes. Esto se debió en gran medida a la mayor contracción en el mercado crediticio. Esto provocó algunos llamados al Banco Federal de Financiamiento para que prestara dinero a los prestamistas, lo que les facilitó la concesión de préstamos estudiantiles. El presidente George W. Bush se opuso a la idea, y la situación despertó el debate sobre el papel del banco.
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