Los pasivos corrientes son cualquier tipo de obligaciones o deudas que se liquiden en su totalidad dentro de un año calendario. Ejemplos de este tipo de pasivos serían las facturas de bienes que deben pagarse dentro de los treinta días posteriores a la recepción, los préstamos a corto plazo que deben pagarse en seis meses a un año, o incluso las deudas que deben pagarse de inmediato. En la mayoría de las situaciones, la responsabilidad actual se satisface utilizando activos en efectivo disponibles para cancelar la deuda, utilizando un programa estructurado que minimiza la acumulación de deuda adicional en forma de cargos financieros.
Una de las formas más comunes de responsabilidad actual incluye los gastos mensuales que se documentan como cuentas por pagar en los registros contables. Los pasivos de este tipo incluyen gastos mensuales básicos, como alquileres o pagos de hipotecas, facturas de servicios públicos y pagos mínimos adeudados en préstamos o cuentas de crédito. Estos tipos de pasivos se encuentran en el balance general. En algunos casos, las partidas se organizan en función de la fecha de vencimiento asociada con cada pasivo, lo que facilita la liquidación de cada deuda en esa fecha o antes, y así evita la aplicación de cargos por mora o intereses adicionales.
La contabilidad adecuada de la responsabilidad actual es importante, ya que muchos prestamistas considerarán estos gastos al considerar la extensión de un préstamo. El monto acumulado de los pasivos combinados adeudados cada mes se comparará con los activos en efectivo disponibles para cubrir esas obligaciones de deuda. Para muchos hogares y empresas, el núcleo de los activos en efectivo son los ingresos o ingresos mensuales que se reciben. Si el prestamista considera que la relación entre la responsabilidad actual del solicitante y sus activos actuales indica que el préstamo puede pagarse de acuerdo con los términos del contrato de préstamo, las posibilidades de recibir el préstamo son mucho mejores.
Identificar y administrar las obligaciones de responsabilidad actuales es lo mejor para cada hogar, empresa u otro tipo de entidad. Hacerlo ayuda a mantener una calificación crediticia más alta, especialmente si los acreedores informan regularmente que los pagos mínimos se reciben a tiempo y que las deudas se liquidan de acuerdo con los términos. No hacerlo puede poner en riesgo la calificación crediticia y, por lo tanto, dificultar la obtención de financiamiento y crédito cuando sea necesario o deseado. Con el tiempo, esta falla en la gestión de la responsabilidad actual de una manera responsable puede conducir a un colapso completo de la entidad y puede llevar a la bancarrota.
Inteligente de activos.