También conocida como tasa de retención o índice de retención de ganancias, un índice de recuperación es un tipo de medición que se enfoca en las ganancias que quedan después de que los dividendos se han reservado para su distribución a los inversores. Dado que la proporción se centra en lo que queda después de que se pagan los dividendos, esto ayuda a las empresas a determinar qué cantidad de esas ganancias se puede invertir o reinvertir en proyectos de crecimiento relacionados con la empresa. Los dueños de negocios analizarán de cerca este tipo de índice de retención como una forma de medir el éxito de los esfuerzos de generación de ingresos de la compañía, así como la efectividad de los esfuerzos para reducir el desperdicio en el proceso de producción.
Los propietarios de las empresas desean una relación de retroceso más alta por varias razones. Una de las indicaciones más importantes de una relación más alta es que el negocio está operando eficientemente, con un mínimo de desperdicio en términos del uso de materias primas o la productividad de la fuerza laboral. Al mismo tiempo, esa proporción más alta significa que la compañía puede retener más de las ganancias generadas por las ventas y diversas inversiones, dejando efectivamente más dinero para destinar a proyectos de crecimiento como la construcción de nuevas instalaciones o el lanzamiento de una nueva producto. Dado que más dinero de las ganancias permanece bajo el control de la empresa, hay menos necesidad de pedir prestado para financiar esos esfuerzos, lo que a su vez permite que el negocio se expanda sin asumir deudas adicionales.
El cálculo real de una relación de reinversión implica la identificación de la cantidad de dividendos pagados en cada acción, así como la cantidad de ganancias generadas por acción. Estas cifras generalmente se denominan dividendos por acción y las ganancias por acción, respectivamente. Para llegar a la relación de reinversión, el dividendo por acción de capital se divide por las ganancias por acción, con el resultado multiplicado por 100 para determinar la relación de pago para el período considerado. La ración de pago se resta de 100, y el resultado es la relación de retroceso.
Una relación de retroceso más baja no significa necesariamente que la empresa tenga problemas financieros. La cifra puede indicar que una porción mayor de los ingresos generados pagará dividendos a los inversores, una situación que puede estar bien si la empresa prefiere crecer a un ritmo más lento. Cuando los objetivos del negocio tienen que ver con una rápida expansión, esa proporción más baja puede significar que se deben hacer cambios para aumentar la cantidad de ingresos que se retienen después de cumplir los compromisos con los inversores, ya sea aumentando las ventas o reduciendo los gastos operativos. En cualquier caso, determinar el índice de recuperación proporciona una idea de qué tan bien le está yendo a la empresa en términos de retener suficientes ganancias para aumentar la estabilidad financiera de la empresa o para generar recursos que serán útiles con los esfuerzos de expansión.
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