En lo que respecta a las empresas, la angustia financiera es una situación económica en la que una corporación está experimentando dificultades crecientes para cumplir con sus obligaciones de deuda de manera oportuna. Si no se controla, la angustia eventualmente puede llegar a un punto en el que la empresa no puede cumplir con esas obligaciones. En ese punto, es probable que la compañía tome varias medidas diferentes para aliviar el estrés, incluida la venta de activos o la posible declaración de quiebra.
Existen varias razones por las cuales una empresa puede experimentar dificultades financieras. En algunos casos, el problema es la mala gestión de los activos, lo que lleva a situaciones en las que los ingresos generados por la empresa se desvían a proyectos que finalmente no generan ningún tipo de retorno. En otras ocasiones, la administración puede deberse a una sobreestimación de los ingresos proyectados y al funcionamiento con un presupuesto operativo que no es realista. Con este tipo de causas de dificultades financieras, la reelaboración del presupuesto y la eliminación del despilfarro a menudo ayudarán a la empresa a salir de la crisis y a poder pagar las facturas a tiempo sin grandes dificultades.
La angustia financiera también puede ocurrir debido a factores imprevistos que tienen un efecto adverso en las diferentes fuentes de ingresos que disfruta la corporación. Por ejemplo, un resultado desfavorable en una elección política o la ocurrencia de un desastre natural puede socavar el valor de los valores en poder de la empresa. Esto reduce efectivamente el flujo de ingresos del que la corporación puede haber dependido para cubrir sus gastos. Cuando surgen situaciones de este tipo, recortar los gastos tanto como sea posible a menudo aliviará la angustia financiera y permitirá a la compañía evitar la bancarrota, o incluso la necesidad de vender valores en dificultades que puedan aumentar su valor en un período de tiempo razonable.
En algunas situaciones, la angustia financiera puede ser tan grande que la empresa debe liquidarse o declararse en quiebra como una forma de aliviar el estrés. La acción de bancarrota puede ser necesaria para proteger el negocio de los acreedores mientras la empresa se reorganiza bajo la dirección de los tribunales, lo que permite a la corporación al menos tener la oportunidad de volver a tener una base financiera firme. La liquidación puede ser parcial o completa, dependiendo del monto de la deuda involucrada. Con una liquidación parcial, el negocio vende activos, incluidas las divisiones del negocio, que no son necesarios para la operación continua de los negocios centrales. Una liquidación completa significa la venta de todos los activos y el eventual desmantelamiento de la empresa como entidad comercial.
Inteligente de activos.