Un buen llanto puede ser beneficioso para el alma. Esa es la esencia del festival anual Naki Zumo en Japón, una tradición que se remonta a 400 años. Cada año, los luchadores de sumo (también conocidos como rikishi) se reúnen en templos y santuarios, mientras los padres les llevan a sus bebés para que se asusten hasta las lágrimas. La competencia está inspirada en el proverbio japonés «naku ko wa sodatsu», que se traduce en términos generales como «los bebés que lloran crecen rápido». Entonces, los luchadores de sumo son de buena suerte para los bebés, al menos. Así es como funciona: un árbitro de sumo levanta a los niños pequeños en el aire y trata de hacer que los bebés lloren, implorándoles que «se desnuden, se desnuden» («llorar, llorar» ). Si esto falla, el árbitro se pone una máscara de diablo y grita para asustar a los niños y hacer que lloren. El ganador es el bebé que llora más y con más fuerza. Todos los que lloran son aparentemente recompensados con buena salud y una defensa contra los malos espíritus.
Más sobre el festival del llanto japonés:
Los bebés de entre 6 y 18 meses pueden participar en el festival.
Los padres generalmente tratan de silenciar a los bebés que lloran, pero en este día pueden pagar hasta $ 100 USD para que lloren.
En el festival, los luchadores de sumo se visten con el tradicional mawashi, el taparrabos que se usa durante los entrenamientos y las competiciones.