La magnetoencefalografía (MEG) es una técnica para medir cambios en el campo magnético dentro y alrededor de la cabeza creado por la actividad cerebral. Se puede utilizar como una herramienta de evaluación complementaria, junto con otros estudios de actividad y estructura cerebral en el proceso de evaluación de un paciente con sospecha de problema neurológico. Esta técnica no es invasiva y los pacientes no necesitan realizar ningún paso especial para prepararse.
En un estudio de magnetoencefalografía, el paciente se sienta erguido en una silla y se coloca un casco sobre la cabeza. El casco contiene un dispositivo superconductor de interferencia cuántica (SQUID) capaz de captar cambios muy débiles en los campos magnéticos. La habitación a la que va el paciente para la prueba está protegida para asegurarse de que el campo magnético terrestre no interfiera con la prueba muy sensible. Se toman una serie de instantáneas de la actividad cerebral.
Un médico puede combinar la magnetoencefalografía con imágenes estructurales del cerebro para generar un estudio de imágenes de fuente magnética, que muestre la actividad cerebral y el área del cerebro donde se origina. Esto puede ser muy útil cuando los médicos intentan aislar una lesión o lesión cerebral, como puede ocurrir si existen preocupaciones sobre la función cerebral después de un accidente o en un paciente con epilepsia que experimenta convulsiones frecuentes. Este tipo de estudio puede ser una herramienta útil para generar datos más utilizables cuando parece haber conflictos entre otros estudios del cerebro como la resonancia magnética y la electroencefalografía.
Este método de prueba funciona mejor cuando un médico lo combina con otras pruebas para crear una imagen completa de lo que está sucediendo dentro del cerebro del paciente. La magnetoencefalografía se puede realizar el mismo día que otros estudios del cerebro para recopilar la mayor cantidad de información posible sobre la función y la estructura del cerebro del paciente. Se pueden usar múltiples pruebas para hacer un seguimiento de los cambios o para rastrear el progreso de tratamientos como los medicamentos.
Cuando un médico recomienda un estudio de magnetoencefalografía, los pacientes pueden preguntar por qué se recomienda el estudio, qué otras pruebas deben considerar y cómo la prueba contribuirá al desarrollo de un plan de diagnóstico y tratamiento. Un uso potencial de la magnetoencefalografía es generar una imagen muy específica y precisa del daño en el cerebro para que el cirujano sepa exactamente dónde ir. A veces, las áreas dañadas del cerebro parecen superficialmente normales cuando el cirujano está trabajando, y tener pautas claras ayudará al cirujano a extirpar una lesión cerebral sin dañar el tejido vecino ni dejar partes de la lesión.