La leucoplasia es una afección médica que se manifiesta como lesiones bucales duras y ásperas. Pueden aparecer manchas blancas y llagas en la lengua, las encías, el paladar o en el interior de las mejillas y los labios. La causa exacta de la afección a menudo es difícil de detectar, aunque las personas que consumen tabaco o tienen un sistema inmunológico debilitado tienen un mayor riesgo de padecer leucoplasia. Si bien la mayoría de los casos no causan síntomas ni presentan riesgos graves para la salud, en ocasiones las lesiones pueden ser precursoras del cáncer oral. Una persona que nota manchas o llagas anormales en la boca debe visitar a un dentista para obtener un diagnóstico y tratamiento adecuados.
Una persona con leucoplasia puede notar una o más manchas blancas de tejido en la boca. Las manchas suelen ser duras y gruesas, y pueden aparecer como llagas abiertas. Pueden ser incómodos o perturbadores visualmente, pero no suelen causar síntomas físicos dolorosos. Sin embargo, si una lesión rompe la piel, puede producirse inflamación o infección.
No se conocen causas directas, pero los médicos han identificado varios factores de riesgo para la afección. El tabaquismo prolongado y el consumo de tabaco de mascar están altamente correlacionados con la afección, probablemente porque los químicos que se encuentran en el tabaco irritan el tejido bucal. Las personas que trabajan en entornos industriales o minas donde el aire está contaminado con irritantes también pueden ver la aparición de lesiones. Una persona con un sistema inmunológico debilitado debido a un trastorno congénito o una enfermedad adquirida como el VIH también corre el riesgo de desarrollar la afección. Las personas con VIH a menudo experimentan un trastorno especialmente notable conocido como leucoplasia vellosa, en el que las manchas blancas se acompañan de crecimientos borrosos.
La mayoría de los casos son benignos y tienden a desaparecer con el tiempo. Absteniéndose de los productos de tabaco y usando un respirador cuando trabaja en condiciones sucias, una persona generalmente puede prevenir futuros brotes. Sin embargo, si una lesión parece extenderse o presenta dolor, debe ser examinada por un dentista autorizado. Un dentista puede diagnosticar con precisión la leucoplasia y descartar otras afecciones como el cáncer al tomar una biopsia del tejido.
Si los resultados de la biopsia no muestran la presencia de células cancerosas o anormales, un dentista generalmente le indica al paciente que deje de consumir tabaco y mantenga una dieta rica en antioxidantes para promover un tejido más saludable. Si una lesión causa un malestar significativo, el dentista puede hacer arreglos para que sea extirpado quirúrgicamente. Las lesiones cancerosas generalmente deben tratarse con una combinación de cirugía y medidas preventivas para evitar que el cáncer se propague a otras partes del cuerpo.