El hongo de las uñas de los pies es un hongo que puede colonizar una o más uñas de los pies y causar una infección. Varias especies de hongos crecerán en la uña del pie, incluidas las mismas especies que causan infecciones por hongos en otras partes del cuerpo. La onicomicosis, como se conoce a la infección por hongos en las uñas de los pies, suele ser una afección crónica y puede ser extremadamente difícil de tratar, por lo general demorando semanas o meses en curarse incluso con medicamentos extremadamente agresivos.
Las personas pueden contraer hongos en las uñas de los pies en una variedad de lugares. A los hongos les gustan los ambientes cálidos y húmedos, lo que hace que los gimnasios, los vestuarios y las piscinas públicas sean lugares populares para los hongos que infectarán las uñas. Las personas también pueden desarrollar onicomicosis como resultado de usar zapatos que no permiten que los pies respiren, y el hongo se puede contraer al caminar descalzo en una variedad de entornos. Compartir zapatos con personas que tienen infecciones fúngicas también puede hacer que la infección se propague.
A medida que el hongo crece, la uña generalmente se vuelve más gruesa y puede volverse blanca, amarilla o grisácea. Es común ver cambios de textura, como crestas afiladas en la uña, y la uña también puede volverse muy quebradiza o quebradiza. En algunos casos, las infecciones por hongos en las uñas de los pies provocan la pérdida de una uña, lo que puede ser muy doloroso. Si no se trata la infección, la uña que crece se infectará con hongos residuales.
Los medicamentos antimicóticos se pueden aplicar directamente en la uña del pie para tratar una infección por hongos en las uñas. También puede ser necesario desechar los zapatos y los calcetines viejos con punta cerrada, ya que el hongo puede estar arraigado y es imposible deshacerse de él. Durante el proceso de curación, se recomienda usar zapatos abiertos que permitan que circule mucha luz y aire alrededor de la uña del pie, al igual que usar sandalias en espacios públicos compartidos donde las personas pueden andar descalzas para evitar transmitir el hongo a otras personas.
Las personas pueden reducir el riesgo de contraer hongos en las uñas de los pies usando siempre zapatos en lugares como vestidores y duchas públicas, y asegurándose de que sus zapatos le queden bien. Si bien es perfectamente seguro usar zapatos cerrados, es una buena idea usar siempre calcetines nuevos y cambiarse los calcetines cuando se ensucien o se humedezcan. También es útil usar sandalias de vez en cuando para permitir que los dedos de los pies respiren. Mantener los pies limpios y secos también ayudará a reducir la posibilidad de desarrollar una infección por hongos.