El prurigo simple es un trastorno de prurito de la piel que se caracteriza por nódulos y lesiones cutáneas extremadamente pruriginosas. Por lo general, no se conoce una causa directa del prurigo simple, pero se sabe que algunos factores lo desencadenan o agravan. Esta afección se encuentra entre crónica y aguda, y en ocasiones pasa a convertirse en una afección crónica. Muchas personas experimentan una recurrencia de la afección después de períodos de remisión. Los pacientes de mediana edad son el grupo de edad más propenso a esta afección.
Los síntomas más comunes del prurigo simple son nódulos en la piel que se asemejan a picaduras de insectos y que pican intensamente. Estos nódulos con frecuencia se raspan y se abren, convirtiéndose en lesiones que continúan picando. A veces, la piel se vuelve más gruesa y se decolora alrededor de los nódulos. El cuero cabelludo, los brazos, las piernas y el tronco del cuerpo son los sitios más frecuentes de las protuberancias y lesiones. La picazón puede volverse severa y habitual, empeorando la condición y posiblemente causando infecciones en las llagas abiertas.
A veces, los nódulos causan menos picazón y eventualmente desaparecen dejando un área decolorada o tejido cicatricial. Sin embargo, los mismos nódulos pueden persistir durante meses o incluso años sin curar. Los pacientes pueden experimentar una remisión pero luego recaer con la formación de nuevos nódulos. La condición también puede volverse crónica, sin períodos de mejoría y alivio.
Aunque no se han determinado las causas exactas del prurigo simple, se cree que existen muchos factores agravantes que pueden desencadenar la afección. Los extremos de frío, calor o luz solar son factores en algunos casos. Las alergias a alimentos, medicamentos y otras pueden desencadenar el prurigo simple. La condición también parece desencadenarse o agravarse por el estrés emocional. Las infecciones crónicas como la sinusitis y los trastornos endocrinos o metabólicos también pueden influir.
El tratamiento del prurigo simple a veces es difícil, ya que los tratamientos comunes para otras afecciones de la piel no siempre son efectivos. Las cremas con corticosteroides y los tratamientos con luz ultravioleta a veces funcionan. Un tratamiento prometedor es la fotoquimioterapia con psoraleno en forma de baño de aluminio con psoraleno ultravioleta A (PUVA). El paciente se baña en una solución de psoraleno y luego se expone a radiación ultravioleta A en una serie de tratamientos. El psoraleno es un compuesto derivado de plantas que hace que las células sean más sensibles a los efectos de la luz ultravioleta.
Los tratamientos adicionales para el prurigo simple incluyen inyecciones de esteroides en los nódulos, así como antihistamínicos y tranquilizantes. Se aconseja a los pacientes que eviten la luz solar intensa, las temperaturas extremas y las actividades que hacen que el cuerpo se sobrecaliente. Si el estrés emocional es uno de los desencadenantes, aprender a manejar el estrés puede ayudar a aliviar los síntomas. Determinar si las alergias contribuyen al problema y luego evitar el alérgeno podría mejorar el prurigo simple.