Aunque los espolones óseos en el cuello no suelen ser fatales, pueden ser muy perjudiciales si no se tratan. Uno de los síntomas más comunes de un espolón óseo en el cuello es un aumento del dolor, especialmente durante la actividad. Otros síntomas comunes incluyen fuertes dolores de cabeza, trastornos respiratorios y problemas para mover el cuello y la cabeza. En algunos casos, la digestión normal también puede verse afectada debido a la incapacidad para tragar los alimentos.
Si bien un espolón óseo en el cuello puede provocar numerosos síntomas, uno de los más comunes es el dolor. Por lo general, un dolor relativamente sordo que recorre la espalda y el cuello se asocia con un espolón óseo. Algunas personas que padecen esta afección también pueden experimentar dolor que se irradia a los hombros e incluso se puede sentir en los brazos y las piernas. Independientemente del área, el dolor suele aumentar en intensidad como resultado de la actividad, y los movimientos simples como estar de pie o caminar pueden resultar insoportables.
A menudo, un espolón óseo en el cuello puede causar fuertes dolores de cabeza. Esto ocurre cuando el espolón óseo comprime una vena, lo que resulta en un flujo sanguíneo restringido. Al igual que con el dolor general asociado con los espolones óseos, los dolores de cabeza causados por esta afección a menudo aumentan o disminuyen en intensidad según la posición y el nivel de actividad de la persona. Los analgésicos de venta libre generalmente aliviarán los dolores de cabeza causados por espolones óseos en el cuello, aunque en casos graves, es posible que se requieran medicamentos recetados.
Pueden producirse graves trastornos respiratorios si se produce un espolón óseo en determinadas partes del cuello. El aumento de la presión sobre los bronquios, la laringe y la tráquea puede provocar inflamación. Esto a menudo hace que la respiración sea difícil o incluso imposible.
La inmovilidad a menudo ocurre como resultado de un espolón óseo en el cuello. Cuando una vértebra sufre deterioro y comienza a desarrollarse un espolón óseo, a menudo resulta en una disminución de la flexibilidad del cuello. Esto puede incluir no solo una disminución en la capacidad de girar la cabeza de lado a lado, sino que también puede afectar la capacidad de doblar la cabeza hacia adelante y hacia atrás.
Los espolones óseos en el cuello pueden hacer que sea muy doloroso y, a veces, incluso imposible para las personas afectadas tragar alimentos. Esto afecta los niveles de digestión y nutrición de la persona. En estos casos, a menudo se requiere cirugía u otro tratamiento intensivo.