La imagen térmica, también llamada termografía o video térmico, es el medio por el cual los humanos pueden ver en la porción infrarroja del espectro. Dado que cada objeto emite cierta cantidad de radiación térmica, la imagen térmica es ideal para observar una escena en condiciones de oscuridad extrema o cuando está oscurecida por humo, niebla, lluvia o nieve. Algunos tipos de visión nocturna utilizan imágenes térmicas, y las imágenes térmicas se consideran la mejor forma de visión nocturna, ya que pueden revelar objetos en las noches más oscuras. La termografía se utiliza ampliamente en seguridad, militares, navegación, vigilancia, extinción de incendios, industria, medicina y ciencia.
La principal herramienta para la termografía es la cámara termográfica, que es similar en apariencia y funcionamiento a una videocámara convencional. Las cámaras térmicas captan ondas electromagnéticas con una longitud de onda entre aproximadamente 0.9 y 14 micrómetros. En contraste, las ondas electromagnéticas en la porción visible del espectro tienen una longitud de onda entre aproximadamente 380 a 750 nanómetros, significativamente más corta que la infrarroja. Aunque los seres humanos no son biológicamente capaces de ver la luz infrarroja sin ayuda, algunos animales sí pueden, en particular las serpientes de cascabel y otras víboras de pozo, que tienen un par de órganos bien desarrollados para esta tarea. Usando estos órganos, las serpientes de cascabel pueden golpear con precisión un objeto, con la vista y el olfato cortados, solo 0.2 grados C más alta en temperatura que su fondo.
Para facilitar la interpretación de las imágenes térmicas por parte de los humanos, las cámaras térmicas suelen utilizar colores falsos en sus pantallas, que van desde el blanco para las áreas más calientes hasta el morado y el negro para las más frías. Cuanto más caliente está un objeto, más ondas térmicas emite. Algunos de los objetos más calientes conocidos son estrellas, y los astrónomos pueden inferir una enorme cantidad de información sobre una estrella con poco más que la energía electromagnética que emite y su masa. Los científicos también usan imágenes térmicas para estudiar cómo los animales emiten calor. Por ejemplo, los osos polares son prácticamente invisibles en la fotografía infrarroja, excepto solo su nariz, ya que sus cuerpos se han adaptado para retener el calor en el frío extremo.