La criocirugía, a veces llamada crioterapia, es el proceso de utilizar las temperaturas extremadamente frías producidas por el nitrógeno líquido o el gas argón de manera controlada para destruir el tejido anormal o enfermo. La criocirugía suele ser un proceso eficaz porque las temperaturas de congelación hacen que se formen cristales de hielo dentro del tejido seleccionado, lo que hace que las células anormales se rompan.
Para los problemas externos de la piel, la criocirugía puede ser un tratamiento rápido y muy eficaz que no requiere tiempo de recuperación. El nitrógeno líquido se aplica directamente a las células anormales con un hisopo de algodón o un dispositivo de pulverización, amortiguando así la piel que luego se caerá por sí sola. La criocirugía es la forma más común en que los médicos eliminan las verrugas, los lunares y las marcas cutáneas. Pequeños parches de cáncer de piel y células cutáneas precancerosas también son candidatos para un tratamiento crioquirúrgico exitoso.
La criocirugía también se puede utilizar para tratar trastornos internos. El cáncer de próstata, los trastornos cervicales, el cáncer de hígado e incluso las hemorroides se han tratado eficazmente con criocirugía. Actualmente, la criocirugía se está evaluando como tratamiento para varios otros cánceres, incluidos el de colon, riñón y mama. Los investigadores también están evaluando la efectividad de la criocirugía cuando se usa junto con otros tratamientos contra el cáncer, como radioterapia, quimioterapia o terapia hormonal.
Para tratar las condiciones internas, se hace circular nitrógeno líquido o gas argón a través de un tubo hueco llamado criosonda, que se coloca en contacto con el área del problema. Se forma una bola de cristales de hielo alrededor de la sonda que congela las células cercanas. Después de la criocirugía, el tejido congelado se descongela y el cuerpo lo absorbe de forma natural.
La criocirugía puede tener efectos secundarios, pero tienden a ser menos graves que los riesgos asociados con la quimioterapia, la radioterapia o la cirugía. Los efectos secundarios varían según la ubicación del tumor. Si se trata el cuello uterino, la mujer puede experimentar algo de sangrado, dolor o calambres. Si se trata el cáncer de piel, el paciente puede tener hinchazón, cicatrices o una sensación de ardor en el área tratada. Si el proceso se usa para tratar tumores óseos, la criocirugía podría causar la destrucción o fractura del tejido óseo cercano.
A pesar de estos riesgos, la criocirugía tiene muchas ventajas. Es mucho menos invasivo que los métodos quirúrgicos tradicionales, la quimioterapia o la radioterapia y también mucho menos costoso. Los médicos pueden enfocar el tratamiento crioquirúrgico únicamente en el área del problema, lo que limita la destrucción del tejido sano. La criocirugía se está volviendo cada vez más popular entre los pacientes que no son buenos candidatos para los métodos quirúrgicos tradicionales debido a la edad u otras condiciones médicas.