¿Por qué no puedo comer antes de la cirugía?

Para las operaciones que requieren anestesia, los profesionales de la salud generalmente recomiendan que los pacientes no coman ni beban durante al menos varias horas antes del procedimiento. Asegurarse de que el estómago, el tracto digestivo y la vejiga estén vacíos antes de recibir la anestesia puede prevenir algunas complicaciones peligrosas, sobre todo los vómitos durante o después de la operación. La cantidad de tiempo que un paciente no debe comer ni beber varía según el procedimiento y las preferencias del profesional de la salud. Además de no comer antes de la cirugía, el paciente también debe tener una última comida relativamente ligera y saludable antes de comenzar el ayuno y no fumar ni beber alcohol. Aunque no comer es beneficioso y necesario en muchos casos, pueden ocurrir situaciones de emergencia en las que no se sigue esta guía.

Complicaciones Comunes

La anestesia es conocida por causar náuseas y vómitos, y comer antes de la cirugía solo empeora este problema. Si el paciente vomita mientras está anestesiado, existe el riesgo de que el vómito se inhale hacia los pulmones, lo que puede ser extremadamente peligroso y, a veces, fatal si no se detecta a tiempo. Durante el procedimiento, los vómitos o las reacciones estomacales también podrían interferir con el equipo del anestesiólogo o el sitio de la operación. Sentir náuseas o vómitos al despertar también puede alargar los tiempos de recuperación y hacer que un paciente ya incómodo sea mucho peor.

Si le van a operar una parte del sistema digestivo, especialmente el estómago, el intestino delgado o el colon, es importante que todos estos órganos estén lo más vacíos posible. La comida en los intestinos, por ejemplo, podría dificultar que el cirujano vea el área con claridad e interferir con sus herramientas. Los alimentos parcialmente digeridos también pueden filtrarse, contaminar otras partes del cuerpo y potencialmente causar una infección.

Cuánto tiempo abstenerse

La mayoría de los cirujanos recomiendan no comer ni beber la mayoría de los líquidos durante ocho a 12 horas antes de la cirugía. Por lo general, puede beber líquidos claros como agua, jugo de manzana o caldo de pollo, pero debe dejar de beber cuatro horas antes. Estas pautas variarán según el tipo de cirugía que se realice; por ejemplo, los procedimientos que involucran los intestinos generalmente requieren que el paciente no coma durante al menos 12 horas, asegurando que el sistema digestivo esté vacío. Estas pautas también pueden variar según la edad del paciente o su estado general de salud.

La ultima comida

Debe comer una comida ligera y saludable antes de comenzar a ayunar antes de la cirugía. Evite los alimentos pesados ​​con muchas grasas nocivas para la salud, ya que tardan mucho en digerirse; por ejemplo, cargar pizza la noche anterior a una operación no es una buena idea. Tampoco debe masticar ni chupar caramelos porque, aunque parezcan inofensivos, pueden resultar en complicaciones.

El cirujano o el hospital pueden darle instrucciones específicas sobre lo que puede o no puede comer antes de comenzar su ayuno previo a la cirugía. Es importante que siga estas instrucciones. A menudo, se recomendará una dieta «baja en residuos» porque se mueve a través del sistema digestivo rápida y completamente. Esto puede incluir alimentos como carne magra, galletas saladas o arroz blanco, plátanos blandos y verduras bien cocidas sin piel. Por lo general, se deben evitar las frutas y verduras crudas, los cereales integrales y los productos lácteos.
Tabaquismo y alcohol

Por más difícil que sea para los fumadores no fumar antes de pasar por el quirófano, se recomienda que lo hagan. Los estudios demuestran que los tiempos de recuperación se reducen considerablemente si los fumadores se abstienen de consumir tabaco durante al menos 24 horas antes de la cirugía. Cuando se programa una operación con varias semanas o meses de anticipación, dejar de consumir tabaco por completo también reducirá drásticamente el tiempo que tarda el paciente en recuperarse.

Los expertos también recomiendan que las personas no consuman bebidas alcohólicas al menos una semana antes de una operación en la mayoría de los casos. El alcohol debilita la capacidad del cuerpo para combatir infecciones y puede ralentizar el tiempo de recuperación. Los estudios también sugieren que los pacientes que beben con regularidad tienen más probabilidades de tener complicaciones después de la cirugía.
Vitaminas, suplementos y medicamentos
En la mayoría de los casos, todas las vitaminas y suplementos herbales deben suspenderse una o dos semanas antes de la operación. Algunos suplementos, como la vitamina E, el ajo y el ginkgo, pueden causar problemas de sangrado, por ejemplo. Si está tomando algún suplemento nutricional, infórmeselo a su proveedor de atención médica antes de su procedimiento.

También debe informar a su proveedor médico sobre cualquier medicamento que esté tomando, incluidos los de venta libre. Muchos medicamentos pueden aumentar el sangrado, aumentar o disminuir la presión arterial e incluso hacer que la anestesia dure más tiempo. La aspirina y el ibuprofeno no deben tomarse dos semanas antes de la cirugía. Pregúntele a su equipo de atención médica si debe continuar tomando algún medicamento recetado.
Situaciones de emergencia
En última instancia, las restricciones para comer antes de la cirugía son medidas de precaución. Obviamente, las operaciones de emergencia se realizan a personas que han comido antes del procedimiento, y cuando la elección es entre salvar la vida de un paciente o esperar, la cirugía seguirá adelante. Sin embargo, para procedimientos electivos o programados, se debe evitar comer antes de la cirugía. Si termina bebiendo o comiendo por cualquier motivo, dígaselo al cirujano y deje que el equipo médico decida si debe seguir adelante o no.