La penicilina es un término genérico para una gran familia de antibióticos que los médicos pueden recetar para tratar infecciones causadas por bacterias. Estos antibióticos son de amplio espectro, actúan contra una variedad de organismos y son el fármaco de elección en muchas infecciones porque su toxicidad es baja y pueden ser muy eficaces. Algunos pacientes tienen alergia a la penicilina y, a veces, las bacterias tienen resistencia al antibiótico, en cuyo caso el paciente debe tomar una medicación diferente.
Estos antibióticos se derivaron originalmente de hongos del género Penicillium y actúan matando bacterias para que no puedan seguir causando infecciones. La penicilina es famosa por estar entre los primeros antibióticos que la gente desarrolló con éxito para uso médico, y logró un avance significativo en la lucha contra las enfermedades infecciosas durante la Segunda Guerra Mundial. Hoy en día, las penicilinas están disponibles para varios tipos diferentes de infecciones, si un médico cree que un paciente es un buen candidato para el tratamiento con medicamentos de esta clase.
Las infecciones del oído, respiratorias e intestinales con una variedad de bacterias pueden responder a la terapia con penicilina. En pacientes con estas infecciones, un médico puede recetar primero un antibiótico para ver si funciona, y solo solicitar un cultivo si el paciente no responde al tratamiento. La endocarditis y las infecciones periodontales también son usos comunes de este medicamento, y los pacientes con gonorrea pueden recibir tratamiento con este medicamento. Los médicos pueden recetar el medicamento para otros usos, según las características específicas del caso del paciente y la experiencia del médico y las preferencias de prescripción.
Solo las infecciones bacterianas pueden tratarse con este medicamento. Las infecciones virales y fúngicas no responderán, ni tampoco la inflamación subyacente sin la presencia de bacterias. Si un médico no está seguro de qué está causando una infección, puede ser necesario tomar una muestra para cultivo para conocer más sobre la situación. Los pacientes también deben asegurarse de que sus médicos estén al tanto de cualquier historial de reacciones adversas a los medicamentos, ya que las alergias a la penicilina podrían ser una preocupación en algunos pacientes.
Los médicos pueden administrar a los pacientes tabletas orales o inyecciones de penicilina, según la rapidez con la que necesiten que actúe el medicamento. La resistencia a los antibióticos es un problema de prescripción. Los pacientes que no terminan sus medicamentos pueden contribuir al desarrollo de resistencias y, con el tiempo, esto puede dificultar el tratamiento de las infecciones bacterianas porque los antibióticos serán menos útiles. Cuando un médico escribe una receta, es importante completar el tratamiento y asistir a una cita de seguimiento para asegurarse de que la infección haya desaparecido por completo.