Una amputación transmetatarsiana es un procedimiento quirúrgico para extirpar el antepié en los casos en que los tejidos del pie de un paciente se han lesionado sin posibilidad de reparación. Es más extrema que una amputación de un dedo del pie, pero conserva más parte del pie que una amputación completa del pie y puede ayudar al paciente a mantenerse más móvil después de la cirugía. Este procedimiento se recomienda cuando está claro que otras opciones de tratamiento para controlar la muerte y el daño del tejido no serán efectivas.
En una amputación transmetatarsiana, un cirujano corta los huesos en la parte delantera del pie, en un ángulo y ubicación determinados por la naturaleza de la afección que lleva a la necesidad de amputación. Se crea un colgajo de piel y se envuelve alrededor del muñón. El paciente no requiere prótesis, aunque se puede usar una para llenar los zapatos para mayor comodidad. Comúnmente, los cambios en la marcha ocurren después de una amputación porque el paciente carece de la capacidad de empujar con la parte delantera del pie, y los pacientes pueden desarrollar dolor como resultado de su marcha alterada, especialmente si no se les brindan sesiones de fisioterapia para aprender a caminar más cómodamente.
Una razón muy común para necesitar este procedimiento son las complicaciones de la diabetes. Los pacientes con diabetes pueden desarrollar una mala circulación en los pies, lo que lleva a ulceraciones y muerte de los tejidos. En casos extremos, la amputación puede ser la mejor opción de tratamiento. Otras razones pueden incluir un traumatismo severo, como una lesión por aplastamiento en el antepié, una infección y una enfermedad vascular. En todos los casos, el médico evaluará minuciosamente al paciente para determinar el mejor enfoque a seguir para la amputación.
Después de una amputación transmetatarsiana, los pacientes pueden experimentar diferentes niveles de dolor. Por lo general, al principio es necesario quitar peso del pie para mayor comodidad y existe el riesgo de desarrollar problemas neurológicos como señales de dolor que hacen que el paciente sienta que la parte faltante del pie todavía está allí. Algunos pacientes desarrollan complicaciones inusuales como dolor neurológico intenso causado por el crecimiento en los extremos nerviosos, y esto puede llevar a la necesidad de una segunda cirugía.
Los pacientes pueden experimentar angustia emocional después de una amputación transmetatarsiana. Esto puede ser especialmente común en pacientes diabéticos, que pueden sentir que no cuidaron sus pies adecuadamente y, por lo tanto, tienen la culpa de la amputación. La amputación puede ilustrar las consecuencias de un manejo deficiente de la diabetes y puede conducir a la depresión, por lo que es importante brindar a los pacientes las herramientas para hacerse cargo de su cuidado de la diabetes para prevenir futuras complicaciones y ayudarlos a adaptarse emocionalmente a la amputación.