El varicocele es una afección médica en la que las venas del escroto se agrandan debido a un flujo sanguíneo deficiente. Esta es una afección común que generalmente es inofensiva y, por lo tanto, no requiere otro tratamiento que no sea tomar analgésicos o usar un soporte escrotal para aliviar la presión. Sin embargo, hay ciertas circunstancias en las que una persona puede requerir tratamiento para el varicocele, como si hay atrofia, dolor o problemas de fertilidad. Cuando es necesario el tratamiento del varicocele, hay dos métodos diferentes para elegir: cirugía o embolización. Ambos métodos de tratamiento desvían la sangre de las venas agrandadas.
Hay dos tipos de procedimientos quirúrgicos para el tratamiento del varicocele: cirugía abierta y cirugía laparoscópica. El uso de cirugía abierta es más común que la cirugía laparoscópica porque esta última es más riesgosa y se considera que tiene pocas ventajas. Durante la cirugía abierta, el urólogo hace una incisión a través del abdomen o la ingle y ata las venas agrandadas. Con la cirugía laparoscópica, el urólogo inserta un instrumento médico, conocido como laparoscopio, para ver y realizar el procedimiento. Ambas cirugías generalmente se realizan como un procedimiento ambulatorio con anestesia general.
La embolización es una segunda opción de tratamiento del varicocele. El urólogo inserta un catéter en una vena a través de la ingle o el cuello del paciente y usa una radiografía para ayudarlo a guiar los instrumentos a través de este tubo. El urólogo inserta un pequeño espiral en la vena agrandada para bloquear y desviar la sangre. Al igual que la cirugía de varicocele, la embolización también se realiza de forma ambulatoria, aunque no requiere anestesia; más bien utiliza sedación.
Como procedimiento ambulatorio, el paciente no requiere hospitalización después del tratamiento del varicocele. Cuando el paciente se vaya a casa, deberá mantener hielo en el área para reducir la hinchazón; además, podría usar un soporte escrotal para aliviar cualquier malestar o dolor. El tiempo de recuperación varía con cada procedimiento. La cirugía tarda más en recuperarse que la embolización, y el paciente necesita un tiempo de recuperación de entre dos y seis semanas. Dado que el corte de una embolización es más pequeño que el de una cirugía, el tiempo de recuperación es más corto y la mayoría de los pacientes se recuperan en varios días.
El tratamiento del varicocele puede aliviar el dolor pero, en general, no hay garantía de que mejore la fertilidad, aunque el recuento de espermatozoides podría aumentar. Además, el tratamiento tampoco mejora la atrofia a menos que el procedimiento se haya realizado lo suficientemente temprano en la adolescencia del paciente. Como cualquier procedimiento médico, el tratamiento del varicocele conlleva una serie de complicaciones. Estas complicaciones incluyen testículos atróficos, coágulos de sangre e infecciones.