¿Qué es la quimioembolización transarterial?

La quimioembolización transarterial (TACE) introduce la quimioterapia directamente en un tumor hepático y bloquea su suministro de sangre. Este enfoque está diseñado para matar tumores y limitar las oportunidades de proliferación. Puede ser apropiado para algunos pacientes con cánceres de hígado y puede discutirse como una opción de tratamiento si un paciente es un buen candidato. El tratamiento puede prolongar la vida, pero también conlleva algunos riesgos, incluido un daño hepático grave. Los pacientes con insuficiencia hepática grave pueden no ser una buena opción para los procedimientos de quimioembolización transarterial.

En esta opción de tratamiento mínimamente invasiva, un técnico inserta un catéter en el hígado con la ayuda de un equipo de imágenes para asegurarse de que esté colocado en el lugar correcto. El técnico inyecta medicamentos de quimioterapia directamente en el tumor, lo que permite una dosis pequeña y muy específica. Se pueden colocar geles químicos o dispositivos mecánicos en el vaso sanguíneo después de la quimioterapia para cortar el flujo de sangre al tumor. Una vez que la imagen confirma que están colocados correctamente, el técnico puede retirar el catéter.

Es posible que los pacientes deban pasar la noche después del procedimiento para su control. Pueden experimentar algo de inflamación que puede causar fiebre y dolor abdominal después del procedimiento. En los casos en que el hígado está dañado, esto puede afectar la función hepática y puede provocar complicaciones como ictericia o incluso la muerte. El personal médico monitorea al paciente cuidadosamente para detectar signos que puedan indicar que el hígado del paciente está dañado después de la quimioembolización transarterial.

También denominado quimioembolización de la arteria hepática, este tratamiento puede ser una opción para los pacientes que no son buenos candidatos para la cirugía, por diversas razones. Es menos invasiva que la cirugía y, por lo tanto, conlleva un riesgo reducido de complicaciones como infecciones en el sitio de la incisión quirúrgica o malas reacciones a la anestesia. Después de la quimioembolización transarterial, los pacientes aún necesitan pruebas de seguimiento para ver si el tumor respondió al tratamiento y para detectar complicaciones. Estos pueden incluir estudios de imágenes y análisis de sangre para evaluar la función hepática.

El pronóstico para los pacientes con cánceres de hígado puede depender del tipo de cáncer y la etapa. Detectar los cánceres antes puede aumentar las opciones de tratamiento y las tasas de supervivencia al permitir que el personal de atención ataque el crecimiento temprano, antes de que tenga la oportunidad de propagarse. Es posible que algunos procedimientos no sean opciones en casos de cánceres avanzados, lo que puede limitar el acceso a los mejores tratamientos posibles. Las personas que notan síntomas como dolor abdominal persistente, náuseas y sensibilidad abdominal pueden solicitar una evaluación médica para determinar si se trata de signos de cáncer de hígado u otros cánceres abdominales.