La fertilización in vitro es una de las formas más populares de ayudar a las mujeres que tienen dificultades para quedar embarazadas. El proceso implica estimular el desarrollo del óvulo en la paciente a través de la terapia hormonal, extraer los óvulos para la fertilización externa e implantar el óvulo fertilizado en el útero de la paciente. La duración del proceso in vitro es variable, dependiendo de la capacidad del paciente para concebir. Después de aproximadamente 40 días a dos meses de preparación, un solo ciclo de fertilización in vitro toma alrededor de tres a cuatro semanas. Algunas pacientes pueden necesitar someterse a varios ciclos antes de quedar embarazadas con éxito, lo que hace que el proceso in vitro dure varios meses.
El primer paso del proceso in vitro consiste en permitir que la paciente se someta a un ciclo menstrual ininterrumpido para ayudar a los ovarios y al útero a prepararse para el procedimiento. Esto puede llevar de 20 a 36 días, dados los ciclos normales. Durante este tiempo, el paciente puede someterse a pruebas médicas y psicológicas para determinar si la fertilización in vitro es una opción viable.
Después del ciclo inicial, la paciente deberá someterse a una terapia hormonal durante otro ciclo menstrual. Esta etapa del proceso in vitro involucra medicamentos que estimulan la producción de óvulos en las mujeres. Dependiendo tanto del medicamento utilizado como de la química corporal del paciente, esto puede resultar en uno a siete o más óvulos sanos. Esto llevará otros 20 a 36 días, suponiendo que el paciente tenga ciclos bastante regulares.
Luego, los médicos analizarán la sangre del paciente para determinar si los óvulos están listos o no. Si los resultados son favorables, los óvulos se pueden extraer de los ovarios de la paciente. Todo el procedimiento, desde la preparación hasta el final, puede llevar algunas horas. A continuación, se analizará la viabilidad de los huevos recién extraídos, y se utilizará la mejor muestra para la siguiente etapa del proceso in vitro: la fertilización. En ocasiones, los pacientes pueden optar por congelar otras muestras viables para su uso posterior.
La fertilización del óvulo extraído se realiza en un laboratorio y puede llevar de unos minutos a una hora. Si la inseminación artificial tiene éxito, el óvulo fertilizado se mantendrá en un lugar seguro durante aproximadamente tres a cuatro semanas. Esto asegura que el huevo se convierta en un cigoto viable lo suficientemente sano como para sobrevivir a la implantación durante la siguiente parte del proceso in vitro. Aproximadamente dos semanas después de la implantación, se examinará a la paciente para determinar si el embarazo fue exitoso. Si en algún momento falla el embarazo, la paciente deberá volver a someterse a todo el proceso in vitro.