¿Cuáles son los beneficios del ajo para la cándida?

El ajo, conocido por tener propiedades antiinfecciosas, es utilizado por muchas personas para las infecciones por Candida. La investigación muestra que el ajo puede erradicar eficazmente muchos organismos patógenos diferentes. Muchas mujeres usan ajo para aliviar los síntomas de la candidiasis y otras infecciones. Durante miles de años, antes de la invención de los antibióticos, los cultivos utilizaron el ajo en la preparación de alimentos y como tratamiento medicinal.

La alicina es la sustancia química del ajo que presenta propiedades antiinfecciosas. En estudios de investigación, se ha demostrado que el compuesto sulfúrico destruye bacterias, hongos y virus. Candida, comúnmente llamada levadura, pertenece a la variedad de hongos / mohos de microbios. Las pruebas de laboratorio indican que el ajo mata a Candida al inhibir la síntesis de lípidos, proteínas y ácidos nucleicos, lo que evita el crecimiento, la función y la replicación de los organismos. El uso de ajo para el tratamiento de Candida no elimina toda la levadura natural en el cuerpo, pero muchos proponen que los efectos antifúngicos de la alicina disminuyen eficazmente el crecimiento excesivo.

Las personas usan ajo en muchas formas, incluidas cápsulas y tabletas, pero muchos sugieren usar ajo crudo para el tratamiento de Candida, ya que esta forma contiene alicina, la sustancia química que le da al ajo su aroma y sabor distintivos. Los defensores del ajo sugieren consumir de uno a tres dientes al día. Las personas generalmente toman el ajo primero picando o machacando los dientes, lo que activa la alicina. Las piezas se consumen con agua, lo que minimiza los efectos de combustión del químico. Tomar ajo para las infecciones por Candida requiere repetir este proceso dos o tres veces al día.

El consumo regular de ajo no está exento de efectos secundarios. Los efectos más comunes asociados con él incluyen mal aliento y olor corporal. Algunas personas experimentan hinchazón debido al aumento de gases y los efectos irritantes del ajo pueden causar náuseas. También puede ocurrir mareo o sudoración, y las personas con sensibilidad al azufre pueden desarrollar una reacción alérgica, que varía en gravedad desde una erupción hasta anafilaxia.

Los componentes químicos del ajo también interfieren con la capacidad de las plaquetas para unirse, lo que aumenta el tiempo de coagulación y, a veces, provoca sangrados o hematomas inusuales. La ingesta de ajo para la Candida durante períodos prolongados también puede provocar una disminución del número de glóbulos rojos y blancos, junto con la hemoglobina disponible. El consumo de ajo también disminuye los niveles de glucosa en sangre, lo que puede alterar la necesidad de agentes glucémicos en pacientes diabéticos.

Las propiedades medicinales del ajo se conocen desde la antigüedad. Los egipcios usaban ajo en más de 20 preparaciones medicinales diferentes que trataban una gran cantidad de dolencias y creían que la sustancia contribuía a la buena salud en general. Durante el siglo XVII, los médicos utilizaron el ajo para el tratamiento de la peste y, más tarde, la viruela. Albert Schweitzer trató con ajo a pacientes que padecían cólera y fiebre tifoidea. Durante la Primera Guerra Mundial, la hierba se usó para tratar todo, desde disentería hasta heridas abiertas.