¿Qué es la ablación endoscópica?

La ablación endoscópica es un procedimiento en el que un cirujano pasa un endoscopio e instrumentos de tratamiento a través de pequeñas incisiones en el cuerpo y utiliza corriente eléctrica, gases de congelación o calor para destruir, separar y coagular tejidos o tumores anormales. Las complicaciones de la ablación incluyen la posibilidad de explosión o incendio durante el procedimiento, formación de tejido cicatricial y perforación involuntaria del tejido.

El electrocauterio multipolar, también conocido como MPEC, es un tipo de ablación que utilizan los cirujanos para extraer tejido. El cirujano pasa un catéter a través de un tubo endoscópico hasta el cuerpo. El extremo del catéter tiene dos pequeños electrodos que introducen la corriente y hacen un circuito completo. El cirujano también tiene la capacidad de inyectar fluidos de irrigación en el sitio. Al hacer contacto directo y aplicar una ligera presión, una cantidad controlada de corriente pasa al tejido que quema, corta y controla el sangrado simultáneamente.

La coagulación con plasma de argón, comúnmente conocida como APC, es otra cirugía mínimamente invasiva que aplica corriente al tejido. Sin embargo, no requiere contacto directo. Durante este procedimiento de ablación endoscópica, los cirujanos introducen en el cuerpo un catéter flexible a través del endoscopio. La punta tiene un electrodo de tungsteno que recibe una corriente eléctrica. Al presionar un pedal se libera gas argón que forma un arco cuando entra en contacto con la corriente. El arco solo entra en contacto con el tejido y la profundidad de la destrucción depende de la cantidad de gas que fluye a través del catéter.

La ablación endoscópica por radiofrecuencia utiliza electrodos diminutos, especialmente espaciados, para introducir calor producido eléctricamente al tejido anormal. Con una guía de alambre, los cirujanos insertan un catéter junto al endoscopio. Los médicos utilizan fluidos de irrigación para prevenir la adhesión de tejidos y despejar el campo quirúrgico. Al realizar el procedimiento en la región esofágica, los cirujanos pueden insertar un globo que, cuando se infla más allá del sitio del tejido, mantiene el área abierta y accesible. El procedimiento generalmente causa destrucción celular superficial.

El método de crioterapia de ablación endoscópica utiliza nitrógeno líquido o algún otro refrigerante para la destrucción de tejidos. Los cirujanos insertan un catéter de punta fría junto al instrumento endoscópico. Por lo general, se activa mediante el control del pedal, los médicos rocían la sustancia congelante a través del catéter y sobre el tejido. Después de aproximadamente 10 a 15 segundos de rociar la sustancia, el tejido se vuelve blanco. Las células se descongelan en 10 a 30 segundos y se rompen debido a la expansión secundaria a la congelación.

Después de la ablación endoscópica, los pacientes pueden experimentar efectos adversos por la anestesia. Los pacientes posoperatorios generalmente experimentan dolor e incomodidad por el trauma directo del tejido y por la expansión del tejido debido al gas utilizado para inflar las cavidades corporales. Pueden desarrollarse abscesos e infecciones en el sitio de la infección, generalmente indicados por fiebre. También pueden producirse coágulos de sangre vasculares, lo que puede causar un riesgo potencial de ataque cardíaco, embolia pulmonar y accidentes cerebrovasculares.