Una puerta de losa es una puerta que se suministra sin cortes de fábrica ni preparaciones de herrajes. En cambio, consiste en una sola losa de madera o metal con bordes cuadrados y uniformes. Estas puertas de losa, o espacios en blanco, brindan la mayor flexibilidad a los compradores en términos de cómo y dónde se puede instalar la puerta. Los instaladores simplemente tienen que perforar, cortar y biselar la puerta según los requisitos del proyecto.
Las puertas estándar se venden en tres formatos. La puerta precolgada es la más común y cuenta con una puerta que ya está colgada de las bisagras y unida a un marco. Otras puertas no están pre-colgadas, pero están pre-preparadas en la fábrica para acomodar bisagras y otros herrajes. Estas puertas requieren la menor habilidad del instalador, pero brindan muy poca flexibilidad en términos de dónde se puede usar la puerta. Las puertas de losa representan la opción más flexible, pero también requieren la mayor habilidad de los instaladores.
Para usar una puerta de losa, los instaladores deben medir cuidadosamente el marco o la abertura donde se instalará la puerta. Esto les permite cortar la puerta al tamaño correcto, incluida la parte inferior de la puerta para permitir que se mueva libremente sin atrapar el piso. Los bordes de la puerta deben estar empotrados para recibir las bisagras y también biselados o cortados en ángulo para maximizar la operación. Deben crearse cortes o aberturas para todo el hardware adicional, incluidos candados, topes y cierres. Las puertas estándar y preinstaladas ya vienen equipadas con todas estas características.
Por lo general, una puerta de losa representa la opción más económica para los propietarios que buscan agregar o reemplazar una puerta. También son la mejor opción para instalar una puerta en aberturas únicas donde una puerta estándar no encaja correctamente. Estas puertas también brindan la mayor versatilidad y se pueden cortar, biselar y preparar en el campo según sea necesario.
Un posible inconveniente de usar una puerta de losa es la dificultad requerida para preparar adecuadamente la puerta en el campo. Si bien la mayoría de los carpinteros capacitados pueden preparar una puerta de madera con bastante facilidad, las losas de metal o fibra de vidrio requieren herramientas especiales y un nivel muy alto de habilidad. Las puertas de losa también son difíciles de instalar, particularmente en aberturas exteriores donde la resistencia a la humedad es una preocupación principal. Finalmente, las puertas que están diseñadas para resistir la propagación del fuego o el humo no pueden cortarse ni prepararse en el campo, y deben prepararse completamente en una fábrica certificada antes de la instalación.